Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

El sacrificio de ser 'vip'

Durante mi no larga, aunque tampoco excesivamente pequeña trayectoria, he conocido a multitud de personajes. De hecho, si por algo se caracteriza el periodismo es, precisamente, por las puertas a diferentes tipos de ambientes que suele abrir. Sea como sea, entre todos ellos, hay un perfil que no deja de producirme admiración y es el de quienes se dedican a atender a famosos vips, esto es, invitados más o menos destacados con cuya impronta se intenta dar deslumbre a un acontecimiento concreto.

Una dedicación sin horario que depende mucho de cómo ese día se despierte el ilustre a tratar y que, en general, nunca está lo suficientemente ni bien pagada ni, sobre todo, reconocida. Así que, quede esta loa como agradecimiento a los que, por ejemplo, nos cuentan que, ayer por la mañana, llegó a Madrid la gran Hillary Swank, oscarizada protagonista de la película Million Dollar Baby y una de las estrellas de Hollywood más personales de la actualidad.

Encantada con el tiempo de nuestro país -se nota que no ha aterrizado en Sevilla, donde ya empezamos a asarnos-, Hillary visitará hoy el torneo Masters 1.000 par ver la final masculina, por un lado, y entregar unos coches Lexus a los ganadores, por otro. Un evento deportivo donde, además, se han dejado ver la modelo Tasha de Vasconcelos -ex de Alberto de Mónaco cuyo nombre recuerda a novelas tipo Genoveva de Brabante-, Eugenia Martínez de Irujo, Carlos Baute y otros del estilo entre quienes destaca, por supuesto, el glamour de la mencionada estrella hollywoodiense.

Detrás, esos fieles consentidores de los que comencé hablándoles y que saben, concluyendo en pareado, que "Antes la jet, resultaba muy in. Hoy, siendo vip yo quisiera vivir. Bajo el "gratis total", a los sitios te llevan. Y tu sola presencia, es el pago que esperan. ¿Es o no un "sacrificio"... que merezca la pena?

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