Hemos llegado al tercer parón liguero y vemos cómo un Barça con más puntos que fútbol encabeza la tabla de forma insultante y sólo sintiendo el aliento de un Valencia fortísimo. Junto a todo esto, la pusilánime andadura del Real Madrid y la sorpresa de ver cómo al Cholo se le cae un castillo que parecía inexpugnable y que hoy da la impresión de ser de naipes. Es lo que se desprende de los cuatro que andan en Zona Champions.

Y sobre el fútbol según Sevilla hay que caer en la cuenta de que los de Berizzo llevan dos puntos menos de los que lucían con Sampaoli y que el Betis ha logrado con Setién seis puntos más de los que tenía hace un año. Pero todo bajo un amplio abanico de matices, pues da la impresión de que el Sevilla va acercándose a su potencial, mientras que el Betis anda sumido en un laberinto que se agrava por su poquísima jerarquía en algo tan básico como es un sistema defensivo sólido.

Ganarle al Leganés y al Spartak aun jugando de regular para abajo le dio árnica a la tropa de Berizzo, lo que se mejoró con la segunda parte del Camp Nou. Así como en el arranque bien pudo encajar un rosario de goles, tras el descanso, el equipo se identificó más con el Sevilla que debe ser. Hay quien achaca esto a que el Barça levantó el pie de la tabla, pero si Muriel tiene más puntería y Navas hubiese aportado algo, posiblemente estaríamos hablando de un buen resultado.

Por su parte, el Betis, que muestra unos números muy superiores a los del pasado año, observa una línea descendente en su juego, lo que se refleja en su situación. Desde el varapalo ante el Valencia, las sensaciones han ido descendiendo bajo el común denominador de todo el curso, el de tener un sistema defensivo inaceptable. Ahora, dos semanas de asueto que bien podrían redundar en una mejoría mutua, tanto en una acera como en la otra del fútbol según Sevilla.