LA contratación de una persona, que resulta ser primo hermano de Monteseirín, para crear una web sobre el nuevo Plan Estratégico se percibe con mejor perspectiva desde el sector de las empresas de base tecnológica. En Sevilla ya hay un buen número de compañías con talento, experiencia y capacidad para dar servicio y gestionar cualquier soporte en internet. Tanto en la creación de contenidos como en la introducción de aplicaciones y en la interactividad con los ciudadanos. Lo hacen a diario y claramente van a más, por lo general suelen tener más cartera de clientes en Madrid que en Sevilla. Cuando han ido leyendo cómo el Ayuntamiento ha puesto en marcha la citada web, difícilmente pueden sentirse representados por el gobierno de su ciudad. Ellos están en otra galaxia.

En la gestión de la cosa pública y en nuestros análisis, lo más importante no son las personas, sino los procedimientos. Partamos del respeto al prójimo para decir que no se habían registrado los dominios para una web a la que se da importancia institucional, y se hace a raíz de que un partido de la oposición denuncia que no están creados. Pasaría a segundo plano deshojar la margarita de la identidad del contratado y de la intención del contratante si se organizara un coloquio con media docena de las mejores empresas sevillanas creadoras y mantenedoras de webs, y dieran su opinión sobre el nivel de calidad y de prestaciones del Ayuntamiento de Sevilla en tanto que Administración electrónica.

Recomiendo al alcalde que, en el próximo Pleno, defienda su gestión en cualquier tema con sus propios argumentos, con documentos y con informes jurídicos. Es lo que se espera de una autoridad al frente de una institución. Seguro que le irá mejor. Que sepamos, desde Aristóteles hasta Pettit (el ideólogo de Zapatero), limitarse a leer íntegra la carta de un primo hermano no es el summum del liderazgo político. Eso lo podría hacer un locutor.