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Juan De La Huerga / Enviado Especial A Badalona De Diario De Sevilla

A sofocar en casa el disgusto

Protagonista Plaza regresa a su hogar con el deseo de adquirir el tono perdido ante el Fuenlabrada y encauzar el camino a la Copa Clave Imponer el ritmo, necesario para evitar sustos

Con toda la ciudad pendiente del Estadio de la Cartuja, goteras incluidas, por la final de la Copa Davis a primera hora de la tarde partió desde el aeropuerto de San Pablo el Cajasol Banca Cívica hacia Barcelona. A la vecina localidad de Badalona se desplaza hoy el conjunto sevillano para dirimir el choque de la décima jornada de la Liga Endesa. La lógica dictaba que al Olímpic debía ir el plantel más relajado, en el caso de que hubiera sacado adelante el choque dominical ante el Fuenlabrada; sin embargo, el plan se torció contra los chicos de Porfi Fisac por no ser fiel el Cajasol a su estilo de juego y meterse en problemas, cayendo en las emboscadas madrileñas y convirtiendo el envite en un correcalles a veces y otras en una clase magistral por parte de Ayón, un inusual cinco que hizo mucha pupa debajo del aro.

Sentó a cuerno quemado este primer tropezón en San Pablo cuando el equipo iba como un tiro camino a la Copa del Rey. Desde el club todos inciden en que lo ocurrido contra el Fuenlabrada fue un mero accidente y que hay que levantarse de la lona ya mismo, hoy en Badalona, donde el curso pasado, después de un primer cuarto timorato, emergió un Cajasol de mucho poderío para destrozar al entonces bloque de Pepu Hernández e incluso provocar la ira de algún aficionado fuera de sus cabales que lanzó una silla a la cancha durante el último parcial del choque.

No varía un ápice la táctica de los hispalenses en este duelo con el que se ha rebasado el primer cuarto de competición. Para volver a la vecina Barcelona en febrero, del 16 al 19 en el Palau Sant Jordi, y participar con los ocho mejores de la primera vuelta en la Copa del Rey no hay que cesar en la machacona idea: defensa. El planteamiento pasa por llevar el ritmo casi todo el tiempo y no permitir, como pasó el domingo, que se juegue a lo que quieren ellos. Joan Plaza quiere sofocar el disgusto del otro día en su propia casa, pues es natural de la ciudad barcelonesa y donde se formó como entrenador, siendo varias temporadas técnico ayudante hasta que dio el salto al Real Madrid, como segundo y más tarde como primero.

Busca aliviar el accidente de San Pablo frente a su cuñado, Salva Maldonado, que fue precisamente quien se llevó la victoria con el Fuenlabrada en Sevilla la pasada campaña y que ahora está teniendo un comienzo irregular con la Penya. Hasta 10 veces se han visto las caras en la ACB, con mínima superioridad por parte de Plaza hasta el momento (5-4).

El preparador cajista querrá disminuir el protagonismo de Paul Davis para que prime el valor colectivo, el mejor activo de los hispalenses. El estadounidense estuvo a un sobresaliente nivel en ataque, pero en defensa anduvo demasiado laxo en su emparejamiento con Ayón. Parte a priori con ventaja en su particular duelo con Latavious Williams por su conocimiento de la competición. Habrá que prestar atención a los cruces entre los ala-pívots. Bogdanovic bajó su rendimiento en el anterior compromiso, aunque sigue siendo de los hombres más fiables. No podrá perder de vista a Eulis Báez, el mejor de los verdinegros, un grupo aún en construcción por los cambios y las lesiones. También Trias puede hacer daño, aunque últimamente está de capa caída. Eyenga querrá volver a la NBA dejando un buen sabor de boca y su elasticidad y potencia física tendrán que ser frenadas por Jasen y Tepic, de quien se sigue esperando que dé un plus de calidad a la plantilla sevillana.

Estará especialmente motivado un Carl English que regresa a una de las casas que ha tenido en su trayectoria en la ACB. El escolta canadiense necesita encontrar su momento, el estado de gracia que le permita anotar casi todo lo que tire. Sólo se le ha visto esa cara, la del especialista que mete miedo, contra el Lucentum. A cambio de su irregularidad, Urtasun sí ha jugado partidos a un nivel altísimo. Obasohan, Jelinek y Van Lacke completan el trío exterior. No andan muy solventes por ahora, pero en cualquier momento aparecen porque no se lo piensan dos veces a la hora de mirar al aro.

En la dirección, dos hombres contrapuestos. Oliver basa más su juego en sistemas cinco contra cinco, mientras que el menudo Jeter es una bala que lo mismo revoluciona el partido que lo tira por tierra. Cuenta con la ventaja de su velocidad respecto a Satoransky, pero también sale perdiendo si el checo merodea el aro del Joventut. Calloway puede, debe y está obligado a sumar ese plus extra que definitivamente muestre que se encuentra en perfecto estado de revista.

El encuentro tiene mucha miga porque puede aparcar el bofetón del otro día en San Pablo o meter el miedo en el cuerpo por un segundo revés consecutivo que no palíe la derrota contra el Fuenlabrada. Concentración y ritmo son dos claves básicas para salir contento del Olímpic. Y de paso, ahondar en el delicado momento de un Joventut que va decimocuarto.

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