A quienes no guste la pinta de paseo marítimo de Islantilla que tiene la nueva Alameda les queda el consuelo de saber que lo mejor no se ve porque está debajo: el tanque de tormentas que Emasesa ha habilitado en el antiguo recinto del Metro para evitar inundaciones. Más que las cifras (24 metros de hondura), da idea de su magnitud esta imagen: no son hormigas, sino obreros trabajando en su interior.
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