España no es Francia. Pero es un buen día para mirarse en el espejo francés. Hay cosas de las que aprender. Primarias a dos vueltas, con participación de millones de simpatizantes, para elegir a los candidatos de derecha e izquierda. Y varios debates, alguno con los once aspirantes al Elíseo. Aquí no hay costumbre. Además, el resultado nos afectará. Si los dos populistas radicales, Le Pen y Mélenchon, pasaran a segunda ronda, sería una segunda toma de la Bastilla. Casi todos los candidatos con posibilidades tienen parecidos razonables con líderes españoles.

El más admirado es Emmanuel Macron; las encuestas le atribuyen un 23,8% de votos. Este centrista, liberal en lo económico y progresista en asuntos sociales, tendría como afín más próximo a Albert Rivera. Aunque hay diferencias. Macron militó en el Partido Socialista en su juventud antes de hacer carrera en la Banca Rothschild. Rivera dudó si afiliarse a Nuevas Generaciones del PP y llegó a abogado de la Caixa. Macron ha sido asesor del presidente Hollande y ministro de Economía y Finanzas.

Le Pen y su Frente Nacional (22,5% en los sondeos) no tienen correspondiente en España; Vox no ha llegado a cuajar. En todo caso, el público susceptible de votar un discurso de extrema derecha en España opta por los populares, que suman múltiples familias en una anchísima franja: desde los ultraconservadores hasta los centristas. Es un caso único en Europa, en donde el equivalente a su electorado se reparte entre tres, cuatro y hasta cinco formaciones distintas.

En tercer lugar llega a la cita con las urnas François Fillon (19,6%), ex primer ministro con Sarkozy, que batió en las primarias a su antiguo patrón. Conservador, católico con un amplio historial de ministro en varias carteras, entre ellas Educación, Fillon es lo más parecido a Rajoy que existe en la fauna política francesa. Ha tenido problemas con la justicia por casos de nepotismo, corrupción de menos intensidad que la que orbita por la galaxia popular española.

El cuarto hombre es Mélenchon (19%), de la izquierda radical insumisa. Se parece a Pablo Iglesias en su discurso, pero no en su indumentaria. Sus propuestas utópicas, antieuropeas o anti OTAN, coinciden peligrosamente con las de Le Pen; aunque la líder ultraderechista es partidaria de cerrar las fronteras a los inmigrantes y el izquierdista propugna papeles para todos. Mélenchon, por cierto, ha sido más valiente que Podemos a la hora de criticar al régimen chavista de Venezuela, que elogió en el pasado: ha calificado de "abominable" la muerte de manifestantes contra la dictadura de Maduro. Podrían aprender Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias…

En este póquer de candidatos no figura el Partido Socialista. Hamon, el vencedor de las primarias, sólo alcanza el 8% de expectativas de voto. Y además representa al ala izquierda del PS. No hay nadie del perfil de Susana Díaz en la palestra. Curioso.

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