ENÉSIMA cita clave para un Betis que acostumbró a su gente a lo de caerse en lo más llano y que presenta unos números inquietantes frente a los que pretenden lo mismo que él, la permanencia. Jugar el próximo año en el Camp Nou y no en Chapín o Montilivi es la condición indispensable para que vida sea más llevadera y de ahí que la confrontación de esta tarde en Palma con el Mallorca se estime como de suma importancia. Hasta un empate sería bienvenido con los bermellones, sobre todo por el enrarecido ambiente que va a encontrar en Son Moix por culpa de las torpes declaraciones de Lorenzo Serra, Ferrer por su difunta madre.

Han sido muchas las vueltas que le han dado a lo que el poblense declaraba a principios de semana, tanta que hasta ha tenido que emitir un comunicado oficial que no ha hecho más que atizar el incendio. Serra se convirtió a la causa bética en su primera etapa sevillana y continúa con el Betis aparcado en lugar preferente de su corazón, pero de eso a que alguien pueda pensar que prefiere que hoy pierda ese Mallorca donde invirtió va un abismo. Serra dijo lo que dijo, torpemente por cierto, y lo único que ha pasado con esa torpeza es que el ambiente, habitualmente frío y distante en Son Moix, se haya calentado de forma tan espectacular como sorprendente.

Y así el panorama, Joaquín Caparrós en el banquillo por si fueran pocas las espinas de esta rosa. De nuevo, lo de la sangre roja y el brindis al cielo donde su padre contempla con placer cada triunfo sobre el Betis. Como se ve, dificultad sobre dificultad en un partido que puede incidir decisivamente en el día a día bético de esta Liga tan trascendente para su futuro. Los números con sus iguales son nefastos, al Mallorca le ganó con gol de Rubén en un mediodía de verano rabioso y hoy, en Son Moix hará más frío que nunca, pero sólo en el apartado meteorológico, que el ambiental estará ardiendo por culpa de la torpeza de una declaración políticamente incorrecta.