EL tranvía de Sevilla, al que el Ayuntamiento puso en su día el nombre oficial de Metrocentro, ha dejado de ser un transporte público cuyo radio de acción se limita a la ciudad histórica. Desde ayer funciona regularmente la nueva línea que prolonga el trayecto inicial (Plaza Nueva-Prado de San Sebastián) hasta el entorno de San Bernardo, uno de los antiguos arrabales periféricos de la Sevilla antigua. La inauguración, que no ha contado con la usual presencia de los responsables políticos por exigencias de la legislación electoral, supone un importante avance para el sistema integral de movilidad pública de Sevilla, que, además de la red de autobuses de Tussam, en los últimos años cuenta con la nueva red de carriles bici y, sobre todo, con la línea 1 del Metro. La ampliación del tranvía extiende 885 metros (a un coste aproximado de unos 13 millones de euros) el kilómetro y medio de itinerario con el que en su momento se inauguró el Metrocentro, cuyo presupuesto (nunca revelado oficialmente por el gobierno local) superó con creces los 80 millones de euros. Con independencia del acierto de invertir este dinero en apenas algo más de dos kilómetros de tranvía, los hechos dicen que la línea, gestionada por la empresa municipal de autobuses, es utilizada por 15.000 viajeros, cifra que se espera incrementar en 5.000 pasajeros más gracias a esta nueva prolongación. El primer día de rodaje discurrió ayer sin incidentes notables, salvo los desajustes provocados por la ausencia de uno de los cuatro vehículos previstos, lo que dilató la frecuencia de paso, aunque la empresa justifica los problemas con el argumento de que la línea todavía se encuentra en fase de pruebas. El principal beneficio de esta ampliación será la conexión del centro de Sevilla con el apeadero de tren de San Bernardo, aunque la rentabilidad de la inversión no estará completamente justificada hasta que el próximo gobierno municipal, sea el que sea, no acometa su conexión hasta Santa Justa, principal centro de transportes de la Sevilla metropolitana.