Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Se trata de un Sevilla-Las Palmas tan sólo

La indiferencia ante la presencia de Vitolo es lo que debe imperar para evitar daños añadidos

Indiferencia. Sabia decisión de José Castro ante la inminente presencia de Vitolo en el que fue su campo. Decisión propia de un presidente nada incendiario y que intenta por todos los medios que su club no acabe como la víctima de un caso como éste del futbolista canario cuando plantó al Sevilla tras haber llegado a un acuerdo. Indiferencia es lo mejor que puede hacer el sevillismo porque lo contrario sería llenar de piedras el tejado propio.

La decisión del gran futbolista canario este verano pasado no es para sacar a relucir la indiferencia, pero un ambiente exacerbado contra Vitolo sólo haría causarle perjuicios a un club asaeteado por el Comité de Antiviolencia. Con dos recursos contra sendos cierres del estadio, un clima exageradamente hostil sería como llover sobre mojado y no es eso, precisamente, lo que mejor le viene al club de Nervión, conque a morderse los labios y a animar al equipo es lo procedente.

Quinta jornada y sólo en la primera tropezó con levedad el Sevilla. Aquellas tablas con el Espanyol siguen escociendo, pero tampoco es como para sentirse muy decepcionado viendo de qué forma ganó el equipo sus comparecencias en Getafe y Gerona. Lo cierto es que el Sevilla anda por donde suele en estos tiempos de gloria, en todo lo alto de la tabla y al que hoy se le presenta una ocasión que ni pintada para seguir morando en zona tan principal de la clasificación.

No parece que Vitolo vaya a ser de la partida inicial, pero está en el grupo y en cualquier momento puede comparecer. Insistamos en que la tranquilidad y un trato rayano en la indiferencia es lo más conveniente. Un partido que debiera afrontarse con normalidad ha derivado a tempestuoso por el desaire del jugador hacia el equipo que lo puso en la elite. Pero, al cabo, es un Sevilla-Las Palmas como otro de los muchos que se dieron en la Liga y en el que debe haber fútbol, sólo fútbol.

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