La ciudad y los días

carlos / colón

No se trata sólo de…

EN el artículo de ayer (Vivir sin sentido) trataba, a propósito de las carreras con mayor demanda en Andalucía, del otoño de las Humanidades que, como decía un vicerrector de la Complutense, "están estigmatizadas porque ha calado la idea de que quien se decanta por esa opción no encuentra empleo". ¿Y esto qué tiene que ver con el sentido?, me preguntaba un lector. Le contesto. Los saberes tecnocientíficos tienen la mayor importancia para hacer la vida más larga, menos dolorosa, más libre de servidumbres físicas, más cómoda, más segura… Para que conozcamos y controlemos mejor nuestro entorno (aunque su mal uso sea también responsable de su deterioro)… Para que conozcamos cada vez más y mejor el origen del Universo, de la vida animal y de la vida racional… Para que nos comuniquemos cada vez más de una forma global e instantánea…

Pero sin el contrapeso de las Humanidades nuestras vidas no serán reflexivas y libres. Desarrollo tecnocientífico sin desarrollo humanístico tiene nombres como Auschwitz, Hiroshima o cambio climático. No se trata solo de vivir más, sino de hacerlo con sentido. No se trata sólo de liberarse del dolor y las servidumbres físicas, sino de la angustia y las servidumbres que esclavizan a quienes no piensan por sí mismos. No se trata sólo de vivir con mayor comodidad, sino con mayor sensibilidad y juicio. No se trata sólo de controlar los entornos, sino de respetarlos. No se trata sólo de conocer el origen de la vida, sino de hacerla humanamente vivible para todos los seres humanos. No se trata sólo de la calidad técnica de las comunicaciones, sino de la calidad de lo que se comunica. No se trata sólo de desarrollo, sino de igualdad y justicia.

Cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias, la filósofa Martha C. Nussbaum dijo: "Necesitamos una educación bien fundada en las humanidades [y las artes] para realizar el potencial de las sociedades que luchan por la justicia. Las humanidades nos proporcionan no sólo conocimientos sobre nosotros mismos y sobre los demás, sino que nos hacen reflexionar sobre la vulnerabilidad humana y la aspiración de todo individuo a la justicia, y nos evitarían utilizar pasivamente un concepto técnico, no relacionado con la persona, para definir los objetivos de una determinada sociedad. No me parece demasiado atrevido afirmar que el florecimiento humano requiere el florecimiento de las disciplinas de humanidades". Pues eso.

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