La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El triste sino del Trajano

Viva tantos años reestrenando películas y sea la primera sala de Arte y Ensayo para pasar a la historia como cine X

Leo que "el antiguo cine X de Trajano" sale a la venta. Como a San Andrés, se ha crucificado a esta pobre sala en la X que marcó sus últimos años de vida. Es injusto. El desdichado Trajano fue durante muchísimos años cine de reestrenos y en noviembre de 1967 se reconvirtió en sala de Arte y Ensayo, gatera abierta por la censura para que películas históricas (como Roma cittá aperta de Rossellini, que aquí pudo verse… ¡23 años después de su estreno!) o recientes (como Repulsión de Polansky -que lo inauguró en esta modalidad-, Jules et Jim de Truffaut, Mamma Roma de Pasolini, Muerte en Venecia de Visconti o Lola de Demy) hasta entonces prohibidas pudieran exhibirse. Se entendía que estas salas -tras el Trajano abrieron otras- sólo atraían a un público "formado", salvaguardando la inocencia del "no formado" que fueran siempre en versión original subtitulada, muchas veces blanco y negro y frecuentemente "raras".

Inmediatamente el público, que no es tonto, advirtió que por esta gatera se colaban audacias eróticas y rebautizó la sala como de "catre y ensayo", formando largas colas para ver El cuerno de cabra en el Trajano, porque salía una violación, o Helga, el milagro de la vida en el Avenida, el actual multicine que antes fue un cine de reestreno, después una sala de arte y ensayo y finalmente una sala de estreno con formato gigante Vistarama antes de convertirse en multicine. La susodicha Helga -presentada en sesión privada para críticos y médicos en marzo de 1969- era un documental sobre la gestación en el que, lógicamente, se veía un parto; lo que, también lógicamente, obligaba a incluir algún plano de lo que el pintor Courbet llamó El origen del mundo (un sexo femenino en tamaño 55 x 46) en su famoso cuadro de 1866 pintado para el erotómano y diplomático egipcio Khalil-Bey y hoy expuesto en el museo d'Orsay. Hasta autobuses de los pueblos llegaban a las puertas del Avenida para ver la dichosa película, único documental que estuvo muchos meses en cartel.

Pero volvamos al Trajano. Sobre su solar existió un local de espectáculos desde 1860, en 1922 Aníbal González construyó el actual edificio que siguió albergando espectáculos hasta que el uno de enero de 1941 se convirtió en cine con la proyección de La fiera de mi niña. Pues viva usted tantos años proyectando películas de todo tipo y sea la primera sala de Arte y Ensayo de Sevilla para pasar a la historia como un cine X. La vida es injusta.

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