NO lo han sabido transmitir bien del todo, pero la fecha del 8 de julio pasará a los anales: fue el día en que echó a andar Movistar +, el inicio de una nueva época en el mapa televisivo español. Dicen los expertos que sólo hay hueco para una televisión de pago. De ahí que tras el duelo entre Vía Digital y Digital + sólo quedara una. De los países de nuestro entorno, España es el que más se ha resistido a la penetración de este sistema, que apenas funciona en el 25% de los hogares. La intención de los responsables de la nueva plataforma apunta a que en un plazo de tres años esta cifra aumente hasta el 60%. A que más de la mitad de la población, por tanto, acepte sus condiciones y se beneficie de tan desmesurada oferta temática. Aunque por estos lares, seamos sinceros, lo que ha tirado de la televisión de pago ha sido el fútbol. Más que las series. Más que otros eventos. Y aun así, resulta chocante que a fecha de hoy un buen partido de liga de esos que ven más de diez millones de espectadores en abierto sólo sea consumido por un millón y medio a través de las plataformas.

De todo esto y de mucho más hemos venido hablando esta semana en los Cursos de Verano de la Complutense en San Lorenzo de El Escorial con algunos pesos pesados de las trastiendas televisivas. Como Mariano Blanco, jefe de programas de Cuatro, que nos mostró en primicia imágenes de la nueva temporada de Adán y Eva, que arrasará. Y nos adelantó algunos formatos foráneos que más pronto que tarde podremos ver aquí. Como ese reality de cinco chicas que deciden vivir medio año en un convento real, con el fin de decidir si optan definitivamente al noviciado.

¿Triunfará aquí? Con la televisión que viene, el entretenimiento está garantizado. Y también toda nuestra capacidad de asombro. Esa es la televisión que viene. El por venir del porvenir televisivo.

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