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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La verdad del Rocío de Triana

El Rocío, como devoción que impulsa a hacer el bien, no dura en Triana los nueve días de la romería, sino todo el año

El Patio de Baile es la recepción. El lugar más santo, donde se sitúa la carreta del Simpecado los días de la romería y el Simpecado antiguo en las peregrinaciones ordinarias, es el almacén en el que se apilan las cajas y sacos de víveres. La Casa del Hermano Mayor, en el primer patio, es la enfermería. Enfrente están las cocinas. El patio de carretas es el de juegos, el ancho espacio de convivencia y actividades formativas o lúdicas. Bajo las altas arcadas en las que se sitúan las carretas están los dos comedores, el de los grandes y el de los pequeños. Sobre ellas, en las habitaciones que se abren a las largas galerías abalconadas que importaron a la aldea los patios de vecinos de Triana en los que se llamaba omá a la Virgen del Rocío y opá al Cachorro, están los dormitorios.

Esta anual transformación de la casa hermandad del Rocío de Triana en colonia de verano para 180 niños y niñas de tres a catorce años es una de las muchas cosas que desvelan el sentido hondo y verdadero a lo que allí se celebra durante la romería. O si quieren se puede decir al revés: esto pasa, estos niños que proceden de entornos problemáticos y de centros de acogida veranean allí atendidos por un equipo de 80 monitores, cocineros, pediatras y educadores voluntarios -muchos de los cuales "gastan" sus vacaciones en este servicio- porque la Virgen del Rocío se lo ha pedido a la Hermandad de Triana con la misma determinación con la que pidió a su Hijo que hiciera su primer milagro en Canaán. "Haced lo que Él os diga" ordenó entonces a los sirvientes. "Haced lo que Él os dice" dijo la Virgen del Rocío a los hermanos trianeros que crearon la primera colonia veraniega en la aldea hace 40 años, inspirando las demás. Y el Dios niño que lleva en sus brazos les dijo: "Lo que hagáis por uno de estos pequeños lo hacéis por mí". No hubo más que hablar, solo obedecer y crear esta obra de amor, acogimiento, alegría y esperanza.

Esta, como el Proyecto Rebeca, la residencia abierta por la Hermandad de Triana para discapacitados psíquicos adultos, es una de tantas realidades hondas del Rocío que conforman el grueso cuerpo sumergido del iceberg ignorado por cuantos solo se fijan -y tantas veces para criticarla- en la famosa, multitudinaria y festiva parte que cada año emerge por Pentecostés. El Rocío, como devoción que impulsa a hacer el bien, no dura en Triana los nueve días de la romería, sino los 365 del año.

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