VOLVERÁN los trinos de la nostalgia a sonar por San Román cuando los gitanos se reencuentren con su hermandad en el sitio donde tantos años tuvo su morada. Es un acto de indudable sensibilidad que los Gitanos regresen a casa por donde fue su casa de toda la vida. Y ya que se está metido en faena, por los pliegues de la memoria surgirán recuerdos de cuando por allí se arrancaban Caracol, Chocolate o Mairena para acompañar con sus sonidos negros la zancada de Cristo viniendo por Sol y ya se sabe que por Sol, contradiciendo al pregonero de pregoneros, sí que cabe. Será como apartarse de un papirotazo la nostalgia de cuando San Román era un rompeolas de sentimientos mientras la fiesta se disgregaba con la apoteosis de calle Pureza o la esperanza verde que te quiero verde embocando el Arco. Este Viernes Santo, los Gitanos otra vez por San Román, a ver quién se lo pierde.