Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

La victoria de Sánchez

Algunos se han apresurado, conocido el resultado electoral, a ofrecer su respetos y adhesión al nuevo secretario general

Si hubiese habido apuestas, las casas que las organizan se hubiesen frotado las manos porque les conviene los resultados inesperados. Y ningún resultado más inesperado que el triunfo de Sánchez frente a Susana en las primarias del PSOE y, sobre todo, su ventaja de más de 10 puntos. Sólo el triunfo de Patxi se hubiere pagado más. Lo de "inesperado" vale para el público en general, pero no lo debiera ser para los asesores de Susana, con fama de ser muy buenos y, como tales, caros. Aquí han fallado. Algunos, tímidamente lo habíamos advertido. Me remito a lo que publiqué en estas páginas en marzo, bajo el título Cuídate Susana, donde escribía que su elección, que inicialmente parecía chupada, ya no lo era tanto. Cargos electos y, por tanto, disfrutando de nóminas, además del alcalde de Dos Hermanas, en tres provincias andaluzas se habían proclamado sanchistas y, entre ellos, no sólo el portavoz municipal de Cádiz -que se suponía no iba a continuar, por estar enfrentado con la Secretaría del partido-, sino otros, como el alcalde de Chiclana, cuya continuidad no estaba en peligro. Su equipo asesor no acertó al tardar tanto en presentar su candidatura, ni dio importancia a que cuando estuvo en Madrid no cortara orejas. También tengo escrito que los andaluces gustamos en Madrid, pero si nos quedamos aquí. En Cataluña perdió por goleada.

La asistencia muy numerosa en los encuentros de Sánchez debió hacerla reflexionar y no suponer que se trataba de militantes de Podemos aparentando ser del PSOE. Y el fracaso de Susana Díaz comporta también el de ilustres personajes como los ex presidentes González y Zapatero, Alfonso Guerra o los barones regionales de Castilla la Mancha, Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana, que tomaron claro partido por la andaluza. Algunos se han apresurado, conocido el resultado electoral, a ofrecer su respetos y adhesión al nuevo secretario general.

Entre tanto, Rajoy, al que Sánchez tuvo diez meses de presidente en funciones, no muestra preocupación por tener que volver a verse con el que le llamó con reiteración "indecente" en los debates. Será porque piensa que le quieren ganar no por los votos, sino por su renuncia. Están encarrilados los primeros trámites presupuestarios y después de haber ofrecido al PSOE acuerdos para gobernar, si Sánchez se los niega, manifiesta que los buscará donde pueda haberlos y no duda que encontrará en cada caso las mayorías necesarias. No le felicitó de inmediato para no molestarlo y más tarde fue la agenda -no sé si la suya o la de Sánchez- la que lo impidió.

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