DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

las dos orillas

José Joaquín León

El zoidismo y la envidia

EL zoidismo empieza a dar envidia, mucha envidia. Esto se ha notado a partir de la apoteosis del Corpus, en la que fue jaleado durante la mayor parte del recorrido por la carrera y recibió un baño de multitudes. Es cierto que estaba reciente su éxito electoral y eso influyó. También es cierto que entre las personas que presenciaron el Corpus pudo obtener Zoido más del 90% de los votos. Yo entiendo que eso fastidie a los que han perdido las elecciones, o a los que quisieron reventarlas y no se comieron un pimiento. Pero, a partir de ahí, no se debería descalificar a una Sevilla que, hoy por hoy, es la mayoritaria.

Se han esgrimido pamplinas desde ambos extremos. A los del punto purista/místico, hay que decirles que Zoido no eclipsó al gran protagonista de la mañana de Corpus, que es el Santísimo Sacramento. Por si algunos no lo saben, el Santísimo va en la Custodia y fue acogido con el respeto de siempre. El público del Corpus es de los mejores para ver una procesión, quizá rancio, eso sí, o precisamente por eso. Y sabe diferenciar. A la Custodia no se le aplaude, porque va Dios en la Eucaristía, no es una chicotá por la Cuesta del Rosario. Ante el Santísimo, muchos se arrodillan como signo de adoración. Nadie olvidó al verdadero protagonista del Corpus.

Otra cosa es lo que ocurre detrás de la Custodia, que es la parte de las autoridades. Comenzaba con el arzobispo, Juan José Asenjo, que por vez primera iba acompañado por el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra. Seguían representantes de las corporaciones provincial y local, presididos por el alcalde. Y cerraba la compañía de honores del Ejército, con banda de música. Nunca he visto que se aplauda a un arzobispo, no es un detalle que parezca oportuno. Por el contrario, hay un público que ovaciona a los militares y la bandera. Siempre me dio la impresión de que es como si fuéramos a tomar el Peñón de Gibraltar, de un momento a otro, pero en fin. Y luego están los alcaldes.

Lo dije en Giralda TV, lo escribí en Diario de Sevilla y lo repito hoy: nunca se ha ovacionado a un alcalde democrático como a Zoido en la procesión del Corpus de 2011. Pero eso no es para que se pongan envidiosos y se les note tanto. Han llegado a arremeter hasta contra los gastos del Corpus. Gastos más tontos se hacen en Sevilla, como defender con policías el Ayuntamiento porque un grupúsculo de indignados antidemocráticos intentó boicotear la toma de posesión de los representantes democráticos del pueblo.

Los aplausos a Zoido no fueron organizados por el comité local del PP. Surgieron espontáneamente. Es una consecuencia del zoidismo, que con su talante de cercanía ha captado a miles de sevillanos, incluso por encima del color de los partidos.

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