Tribuna

Juan Rivera-mata

PhD

A favor de la independencia

Yo quiero ser independiente, pero a medida que tengo más dinero y menos pelo más me doy cuenta que más dependo de los demás

A favor de la independencia A favor de la independencia

A favor de la independencia

Yo quiero ser independiente. Pero no sé si puedo y aún menos si me serviría para algo. Hace unos meses, en Sevilla, en una reunión, una joven que creó una startup de muy alto valor dijo que lo hizo para poder ser independiente. A la salida le hice una pregunta: si Obama en 8 años no pudo cerrar Guantánamo, cómo ella puede ser independiente. Suelo preguntarlo a mis estudiantes en Georgetown. Por qué han estudiado si "son guapas y se pueden casar muy bien"; me dicen que sus madres le aconsejaron eso para "no depender de nadie" (de sus maridos, asumo). Buen consejo, pero no estoy seguro que les haga ser efectivas en el mundo actual.

Se ve la dependencia-independencia como una variable donde la independencia es un estado deseado; el mundo actual es mucho mas complejo que eso.

Cuando vemos el liderazgo no como algo de "líderes", sino como paradigmas sistémicos relacionales de influencia tal vez podamos clarificarnos. Hay paradigmas dependientes, independientes e interdependientes; individuales, grupales y sociales que evolucionan en el tiempo pero que cambian de inmediato en las crisis. El mundo es interdependiente. La caída de la Unión Soviética e internet, pero ante todo el resurgir democrático global, el logro educativo mundial y el acceso de la mujer al trabajo remunerado han contribuido a ello. Cada vez más todos dependemos de todos. Pero nuestro paradigma mental es independiente: si soy mejor que el otro, me irá mejor.

Y esto lo podemos aplicarlo a la crisis europea, el Brexit, al America first, al proceso en Cataluña y múltiples situaciones personales y laborales de hombres y mujeres.

La crisis financiera europea empieza con Grecia. Alemania nos dice a Grecia, Italia, Irlanda, Portugal y España que hay que apretarse el cinturón. Cuando así lo hicimos, no pudimos comprar bienes alemanes. Finalmente Alemania reconoce que esas medidas no eran efectivas. Alemania, en términos absolutos, debido a su tamaño, es quien más sufre esas políticas restrictivas del gasto. El grande también depende del pequeño.

Trump quiere construir el muro y expulsar a todos los inmigrantes ilegales para hacer América fuerte otra vez. Pero en parte por decir eso, el peso mexicano ha caído y los productos de EEUU son ya mucho más caros en México, por lo que las empresas americanas tienen caída en ventas. Si pone un impuesto a la importación de México, los consumidores de EEUU pagarán más por sus productos, subirá la inflación y los tipos de interés; con ello el dólar se hará más fuerte y las exportaciones de EEUU caerán y las importaciones aumentarán. EEUU depende de México.

Los manuales de liderazgo de West Point lo dicen claro: en la guerra el que mataba ganaba y el que moría perdía. Ahora el que mata pierde (visibilidad, conflicto, impacto social y político) y el que muere "gana" (terroristas que se autoinmolan). La fuerza depende del más débil. Suelo citar un alto mando militar de EEUU: "Lo que estudiamos sobre la guerra, no sólo no nos sirve para ser efectivo al día de hoy, sino que es nuestra principal limitación". Nuestro paradigma educativo limita nuestra efectividad actual; hemos aprendido del pasado pero hay que hacerlo del presente.

Un muy alto financiero (¡¡sevillano!!) en Nueva York que sólo invierte billones de US$ me lo dice claro. Nunca invertiré en Arabia Saudí porque no respetan a las mujeres. Y lo explica. Sólo invierto a largo plazo. La economía basada en fósiles no es sostenible; tienen que crear una sociedad de servicios. Y si no involucran a las mujeres en la economía a todos los niveles, Arabia Saudí no será sostenible por lo que no invierto allí.

¿Cataluña independiente, de quién? ¿De Europa, de Francia, de China, de Rusia, de la prima de riesgo, de los mercados, de Trump? Yo quiero ser independiente, pero a medida que tengo más dinero y menos pelo más me doy cuenta que más dependo de los demás. De mi esposa y mi hija, de familia y amigos, del resto del mundo. Si no ayudo a arreglar el cambio climático, el apartamento en La Antilla o Miami Beach se quedará sin playa y no lo podré disfrutar. De mis alumnos de 18-20 años, que me hacen ver cómo es el mundo en el que vivo. Si no ayudo a resolver los problemas de Oriente Próximo mi hija vivirá un futuro sin paz. Si no ayudo a reducir la desigualdad, el mundo el que yo vivo será peor.

En la transición usábamos el lema de Mafalda: parar el mundo que me quiero bajar. Pues eso, que quiero ser independiente del resto del mundo. Como se dice ahora: "Va a ser que de que no".

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