Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Las cosas del comer

La gastronomía es un canto a la vida y una magnífica ocasión para sentirnos orgullosos de lo que hacemos

Siempre me ha parecido que entre las estadísticas que deslumbran sobre lo que hemos avanzado en los últimos años, falta la que hace referencia a la gastronomía. En España se ha pasado de comer por necesidad, a hacerlo por placer y eso, sin duda, es una buena muestra de que estamos bastante mejor. Vengo de un sitio, Euskadi, con la fama de ser uno de los lugares donde mejor se come. Tampoco estoy de acuerdo del todo; a punto de cumplir dos décadas en Andalucía, aquí he disfrutado como pocas veces de experiencias memorables. Lo que sí hemos hecho y continuamos haciendo los vascos es disfrutar comiendo; en eso sí que somos los mejores. A usted puede tocarle la Primitiva, repartir un millón de euros con su cuadrilla, llevarlos a comer y -no se ha dado el caso, pero valga como ejemplo- hacerlo en un sitio que no responda a lo que esperaba y cuando recuerden ese día sus amigos, siempre, siempre, siempre, habrá alguno que le suelte: "Sí, aquel día que nos llevaste a comer a ese sitio de mierda". Ni mención al millón de euros. Así somos.

Desde el kiosco del Alquián, al Copo de Palmones, recién aterrizado en Huelva nos regalaron una experiencia en casa de Xanty Elías, a quien tuve la ocasión de dar las gracias en Fitur. Aunque soy de los que mata por un par de huevos fritos con tomate -mi mujer puede dar fe de que es lo que le pedí para mi cumpleaños- lo bien que nos lo pasamos en el Acánthum y lo rico que estaba todo, tardaremos en olvidarlo. Es cierto que no podría comer así todos los días, pero de vez en cuando, me gusta que me enseñen a transitar por esas bofetadas de sentidos que sentimos cada vez que nos colocaban un plato delante. Tiene un trabajo tremendo, no sólo cocinarlos, sino tal vez con más mérito todavía, el que salgan de la cabeza de alguien, que los experimenten y que, al final, pongan delante tuyo "el atún que soñaba con bellotas" y tú pongas cara de merluzo en cada bocado y disfrutes de algo que te encanta y que no sabes lo que es del todo.

La comida es una magnífica ocasión para disfrutar de la vida y lo que nos queda por delante en Huelva va más allá del mejor logro que se pueda desear a una Capitalidad Gastronómica, que lo único que no entiendo es cómo es posible que hasta ahora no lo haya sido. Tenemos que estar orgullosos de lo que somos, de lo que sentimos y de lo que comemos y de saber que eso, también lo hacemos entre todos.

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