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El Consistorio quiere garantizar la recolocación laboral en Ebro Puleva

El cese de la actividad de la Azucarera, como consecuencia de los recortes en la producción impuestos por la OCM del sector, dejará inicialmente sin uso las 58 hectáreas de enorme valor que el Grupo Ebro Puleva posee en La Rinconada, de las que entre 18 y 20 están ocupadas por la fábrica. Pero, por el momento, no obtendrá el respaldo municipal para recalificarlas y venderlas para la construcción de viviendas. Según confirmaron ayer fuentes del gobierno local, la prioridad absoluta es que se garantice una salida laboral estable para los más de cien trabajadores afectados.

Los terrenos están junto a las viviendas del núcleo de San José, con 26.000 habitantes y una notable proyección metropolitana, dado que está conectado mediante tren de Cercanías con la capital. Aunque, pese a las peticiones de la empresa, en el nuevo PGOU, que se aprobó definitivamente la pasada primavera se han mantenido como industriales. Durante el periodo de exposición pública del documento y cuando ya se conocían las consecuencias que podrían tener las directrices europeas, Ebro Puleva presentó una alegación para que la parcela fuese residencial y terciaria, que fue rechazada con la unanimidad de todos los partidos (PSOE, IU y PP). Fuentes del gobierno local, que está a la espera de que el lunes se le presente formalmente el plan de reestructuración diseñado por la compañía, insistieron en que su prioridad es la garantía de empleo y que será más exigente que nunca con los requisitos medioambientales y los problemas de olores que los vecinos llevan sufriendo desde hace años.

Mientras que el Ayuntamiento se cierra en banda a propiciar que la empresa obtenga beneficios urbanísticos como consecuencia del cierre, ésta confirmó ayer que sólo una treintena de empleados mantendrán sus contratos en la alcoholera (donde los restos de la remolacha tras la extracción del azúcar se aprovechan para obtener alcohol). Por contra, más del 71 por ciento de la plantilla será prejubilada o trasladada a otras plantas. Los 69 fijos discontinuos -con los que se contaba en época de campaña- no entrarán en los planes de recolocación.

El cierre definitivo de la fábrica de La Rinconada podría ser inminente si, como han alertado ya las organizaciones agrarias, la cosecha no justifica otra campaña en 2008, a pesar de que Ebro Puleva ha incentivando la siembra, con cinco euros por tonelada, según recordó ayer.

Por su parte, UGT y CCOO insistieron en que la diferencia de este cierre industrial con otros es que la UE prevé recursos específicos para la reindustrialización de las zonas afectadas y que no haya pérdida de empleo. Los sindicatos están preparando movilizaciones y no descartan encierros tanto en la factoría sevillana, como en la de Jerez de la Frontera, que también se cerrará.

Además, han solicitado a la Junta que no avale el plan de reestructuración de la empresa, que podrá recibir hasta 60 millones de fondos comunitarios en compensación por los efectos de la OCM, hasta que tenga el visto bueno de los sindicatos y vaya acompañado de acuerdos con agricultores y proveedores, un plan medioambiental y un plan social.

El consejero de Agricultura, Isaías Pérez Saldaña, afirmó que el respaldo a dicho plan estará condicionado a la garantía "absoluta" de recolocación de los trabajadores de las plantas de Cádiz y Sevilla en otras líneas de negocio de Ebro. Saldaña hizo referencia a las plantas de Miranda de Ebro (Burgos) y Jédula (Cádiz), donde ha comenzado a fabricar bioetanol y biodiésel, respectivamente.

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