La Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA), dependiente de la Junta y promotora de las obras de la Plaza de España, conocida popularmente como El Salón, ha comenzado los trabajos para arreglar desperfectos y adaptar algunos aspectos de la reforma que se llevó a cabo a las características del clima de Écija y de la vida de la zona. Según adelantó ayer el Ayuntamiento, los cambios permitirán que el tráfico, público y privado, vuelva a entrar a la plaza, a pesar de que la idea era que fuera "semipeatonal".

Según el gobierno local, se trata de una medida "demandada por vecinos y comerciantes del centro". Los coches podrán entrar por las calles Miguel de Cervantes y Del Conde y salir por Santa María, Mas y Prat, Aguabajo y Jesús sin Soga, como una gran rotonda. Todo el interior estará protegido con bolardos y macetones, para que los peatones puedan pasear con seguridad y se colocarán más bolardos semiautomáticos para cerrar todo el espacio cuando haya eventos.

En unos días, se van a empezar a colocar la señalización vertical y los pasos de peatones, lo que permitirá ya la entrada de taxis y autobuses urbanos, aunque la medida se "evaluará de manera bimestral" para calibrar su impacto, dado que el diseño se hizo pensando en que fuera peatonal.

Con las nuevas obras, se cambiarán además los árboles de gran tamaño -cuyo drenaje estaba mal hecho- por naranjos, más resistentes a las altas temperaturas. Las palmeras secas se sustituirán. EPSA va a sellar además la lámina de agua que hay frente al Banco Santander, que se filtra al parking. En las otras dos se utilizará el sistema de la Plaza de las Tendillas de Córdoba, con lo que se cubrirán con rejilla de chapa. La central tendrá más chorros y se estudia colocar en ella una de las ninfas que formaban parte de la antigua fuente. La primera fase de las obras estará terminada para el Puente de la Constitución y el mercadillo barroco, aunque se retomarán después de Navidad.