El río Genil mantiene inundada todavía una parte de la calle Pablo Iglesias de Badolatosa, 28 días después de que el cauce comenzara a subir con los desembalses del pantano de Iznájar y se desbordara a su paso por el municipio, limítrofe con la provincia de Córdoba. Según informó ayer el alcalde, Antonio Manuel González, sólo el funcionamiento de ocho bombas ha permitido liberar la mayor parte de la vía y las casas más cercanas al río, en la parte más baja del pueblo, aunque una avería esta misma semana hizo que zonas que ya habían sido despejadas se inundaran de nuevo.

El edil indicó que el caudal del río Genil sigue todavía a 37 centímetros por encima del nivel de la calle, con lo que se hace muy complicado luchar contra el agua, que aflora por sumideros y alcantarillas.

Según los datos que le suministró ayer por la mañana la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el pantano cordobés, el segundo mayor de Andalucía, sigue todavía lleno, por encima del 99% de su capacidad. Los desembalses no han logrado que se reduzca su nivel, puesto que le sigue entrando agua tras las lluvias y, probablemente, también procedente de los deshielos de Sierra Nevada, donde nace.

Así, y aunque ya se ha abierto la oficina para que los vecinos afectados acrediten qué daños han sufrido para solicitar ayudas al Estado, no se ha podido valorar del todo los desperfectos que la riada ha podido causar. González reiteró que hay casas e instalaciones municipales -como las naves junto al Museo del Genil en las que todavía no se ha podido entrar- que presentan grietas visibles.

En los momentos en los que los desembalses llegaron, en vísperas de la Semana Santa, a los 151 metros cúbicos por segundo, el agua del Genil llegó a anegar 40 viviendas. En algunas, alcanzó más de un metro de altura. Cuatro de ellas han estado desalojadas durante semanas. En otras, con varias alturas y entrada por dos calles, la inundación ha afectado a los garajes.