En silencio y bajo el lema Padres por la Seguridad de los Jóvenes, miles de personas recorrieron en la noche de ayer el centro de Alcalá de Guadaíra para exigir de las autoridades locales mayor presencia policial en las calles del municipio para poner punto final al cúmulo de agresiones, prácticamente una a la semana, que muchos adolescentes vienen sufriendo por parte de una treintena de jóvenes pertenecientes a una barriada marginald e la localidad.

El pasado día 7, Andrés -16 años- fue golpeado salvajamente por una turba. Intentaba evitar una pelea cuando recibió el primer golpe. Luego vinieron los siguientes, hasta dejarlo en el suelo, inconsciente, como un muñeco roto. En la cabecera de la marcha y portando la pancarta estaban sus padres. Él se quedó en casa, recuperándose, magullado, intentando olvidar y esperando la cita con el psicólogo.

Al paso de la manifestación por delante del Colegio Salesiano, su padre señala la puerta y asegura que a algunos alumnos les han robado a la salida de clase y a plena luz del día los teléfonos móviles y los relojes. "Tenemos información, por fuentes oficiales, de que se han presentado más de cien denuncias, pero que la mayoría se han retirado por temor a sufrir represalias", afirma el padre de Andrés, a quien el fiscal de menores ha citado en los próximos días. Asegura que él no dará un paso atrás. Los agresores, si no están plenamente identificados, sí están localizados. Algunos han sido detenidos, pero están en libertad.

José, de 13 años, estaba el pasado sábado en el Parque Central, a las 20:30 y lejos de una zona de botellona, cuando se le acercaron tres jóvenes. Le agredió el que contaba 16 años, mientras los otros dos le daban cobertura. "El Ayuntamiento nos dice que pondrá una patrulla en la zona donde se reúnen los chavales, pero que no tiene medios para hacer más", afirma con desconsuelo su padre.