El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, se ha comprometido con su homólogo en el municipio sevillano de La Algaba, el también socialista Marcos Agüera, a buscar una nueva ubicación para la futura depuradora de la empresa metropolitana de aguas (Emasesa), cuya localización originaria se encontraba a unos siete kilómetros del pueblo.

Así lo asegura el regidor algabeño en una carta remitida a los vecinos de la urbanización 'Almenara' de la localidad, en la que explica que dicho compromiso ha sido adquirido "de forma que de ninguna manera perturbe la vida de los ciudadanos" del municipio.

Según Agüera, después de varias conversaciones mantenidas con el alcalde hispalense y el gerente de Emasesa, manifestó su "más absoluto rechazo" a la posibilidad del cambio de la depuradora, de forma que, aún estando dentro del término municipal de Sevilla, "acabe perjudicando a nuestros ciudadanos".

"Bajo ningún concepto" el Ayuntamiento de La Algaba va a permitir que el traslado de la depuradora sea al término municipal algabeño, según su primer edil, que asimismo hizo hincapié en que "no vamos a dejar de esforzarnos en conseguir una calidad de vida digna para la ciudadanía de nuestro municipio".

El grupo de IU de La Algaba ya se opuso a la construcción de una nueva depuradora de Emasesa, tal y como propuso Monteseirín, para sustituir la estación depuradora ubicada en el barrio de San Jerónimo, motivo por el que anunciaron movilizaciones en el caso de que se lleve a cabo.

Operación valorada en 100 millones

Por otro lado, el consejero delegado de Emasesa, Manuel Marchena, señaló recientemente que ya se estaban analizando los puntos más adecuados en cuanto a las cualidades de la depuradora que abastecerá a la población del norte de Sevilla, así como a los municipios sevillanos de Alcalá del Río y La Rinconada.

Así, indicó que se contempla que dicha depuradora esté "tapada", no proporcione ruido y tenga "prácticas inodoras casi totales", todo ello con el propósito de buscar "la mejor solución para que no haya impacto de vientos u otros elementos nocivos para localidades adyacentes", por lo que la futura depuradora aplicará el denominado tratamiento terciario, que supone el uso de nuevas tecnologías para reducir la contaminación del agua en un 95 por ciento, lo que favorece la conservación de los ecosistemas.

La operación está valorada en unos cien millones de euros y supone el abandono por parte de Emasesa de más de 13 hectáreas en los terrenos de San Jerónimo, donde comenzó a prestar servicio en el año 1984.