El alcalde de Utrera, José María Villalobos (PSOE), ha renunciando finalmente a su idea y la de su equipo de aprovechar las necesarias obras de reurbanización en el Paseo de Consolación para acometer una transformación integral de este espacio, en el que pretendía aumentar las áreas peatonales. El gobierno local (PSOE-IU) convocó un concurso de ideas con esas líneas maestras, recogidas en la propuesta que resultó ganadora con un premio de 2.000 euros concedido por un jurado colegiado. Pero un año después y consciente de que la mayoría de los utreranos son reacios a que se cambie la imagen del que es uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad y de los más concurridos, la iniciativa se queda en el cajón.

El gobierno asegura que han sido "flexibles" a la opinión de los utreranos y a la "reflexión colectiva" sobre el proyecto. En la exposición pública del concurso de ideas no sólo se votó más la propuesta que suponía menos cambios, sino que hubo muchos votos en blanco, porque ninguna convencía. Otras consultas que se han hecho a la población han derivado en la misma conclusión: el pulso de la ciudad es que este paseo arbolado, que desemboca en el Santuario de Consolación, se mantenga como está ahora.

Así, las obras que arrancaron este lunes, sobre un proyecto que han elaborado técnicos municipales, se centrarán finalmente en la reurbanización del espacio, manteniendo la zona central del paseo, que ya es peatonal, pero sin tocar el tráfico, en doble sentido, que lo rodea. Sólo hay dos novedades importantes, pero de menor calado en comparación con la reforma que se pretendía hacer y que iba a ser la intervención más emblemática del mandato. Una es que se irán sustituyendo progresivamente y en diez años, los olmos que dan su característica sombra al paseo, porque están enfermos y hay riesgo de que ello derive en caída de ramas.

Según el delegado de Parques y Jardines, Carlos Guirao (IU), se van a plantar fresnos angustifolia, como los que están en la plaza Andrés Segovia o en Vistalegre, una especie autóctona, según destaca, pero "más apropiada para que no estropee el mobiliario urbano". Por otro lado, se suprimirá la franja de aparcamientos en la acera en la que ubican varios centros de enseñanza, deportivo y el parque. Son 120 plazas que permitirán aumentar el acerado, crear un carril bici y plantar árboles. Para compensarlo, se crearán nuevas bolsas para dejar los coches en el entorno: en el campo de feria, que se reordenará, y en un gran solar situado en la calle Luxemburgo. En total, se lograrán habilitar 240, el doble de las plazas que se van a suprimir.

La inversión total de las obras es de unos 2,3 millones de euros y se acometerán con cargo a varios programas. Se ha empezado con el Pfoea (antiguo PER). También se destinará a las mismas la próxima anualidad del Supera, con fondos de la Diputación, y del plan de empleo municipal. La actuación debe estar acabada para el próximo verano, antes de la feria de septiembre.