Infraestructuras municipales

Piscinas cubiertas, en dique seco

  • Los elevados costes de funcionamiento han obligado a dejar cerradas o a subir los precios en estas instalaciones, que han proliferado en la provincia en los años de bonanza.

La construcción de piscinas climatizadas o de sistemas para cubrirlas y que, cuando llega el invierno, se puedan seguir utilizando ha sido una de las inversiones estrella en muchos municipios en los años de bonanza. Las líneas de subvenciones de la Diputación y la Junta lo han favorecido. Pero, tres años después del estallido de la crisis, estos equipamientos se han convertido en losas para algunos ayuntamientos que tienen serias dificultades para hacer frente a los elevados costes de funcionamiento que conllevan. Algunos ni siquiera han podido abrir. Otros lo harán en enero. En bastantes casos se han visto obligados a subir las tarifas para que el agujero que generan se reduzca en parte o están estudiando cederlas a empresas especializadas. Se calcula que una piscina con mil usuarios -y no todas llegan a esa cifra- tiene un gasto medio de 240.000 euros al año.

En Palomares del Río (7.500 habitantes) la piscina climatizada está hecha pero ni siquiera ha podido ser inaugurada. En Los Palacios, el sistema para cubrir el vaso de verano se inauguró en 2003 tras una inversión de más de 593.000 euros, pero las dificultades económicas del Consistorio, que han estallado ahora pero que se remontan a tiempo atrás, ya hizo que la piscina tuviera que cerrar en 2009 a mitad de temporada. La suministradora de combustible -se consumían entre 9.000 y 12.000 euros al trimestre- exigía el pago por adelantado. El invierno pasado no abrió, ni lo hará este, según fuentes del nuevo gobierno local de IP-IU. Las instalaciones eran "muy deficitarias" y, con las tasas que pagaban los usuarios, que sí eran numerosos, apenas se cubría el 50%. Los clubes de waterpolo o de natación, muy consolidados en Los Palacios, se desplazan ahora a otros municipios para entrenar.

Y es que de las causas por la que los ayuntamientos apuestan por mantener abiertas estas instalaciones es el elevado grado de aceptación que tienen entre los vecinos que cada vez más, por consejo médico, optan por nadar como práctica deportiva. No es un servicio básico de los que los ayuntamientos están obligados a prestar, pero se ha consolidado en esa línea. Los vecinos que lo han probado, lo exigen.

En Coria del Río, por ejemplo, un grupo de usuarios está recogiendo firmas por la reducción horaria que ha aprobado el gobierno local como medida de ahorro -la piscina climatizada permanece cerrada este invierno entre entre las 13:00 y las 16:00-, mientras que la oposición del PA ha censurado el aumento de los precios que se cobran, que se encarecerán de media un 50%, sobre todo para los que optan por el nado libre, es decir, los usarios que sólo pueden acudir al centro en determinados horarios porque se supone que están trabajando. Es la tónica de otras muchas localidades, que han hecho un esfuerzo por no aumentar impuestos y tasas más comunes (IBI, tasa de vehículos), pero sí en este tipo de servicios que consideran "opcionales".

Aunque no es el caso de Coria, que no hace distinticiones, ese aumento de tasas ha recaído, principalmente, en usuarios que no están empadronados, dado que el servicio suele tener demanda comarcal. También han intentando mitigarlo con bonificaciones para grupos, escuelas deportivas o mayores, entre otros colectivos.

En Lebrija las tasas se han congelado esta temporada y algunas mejoras han permitido ampliar hasta cerca de 650 al mes los usuarios, incluidos niños con necesidades especiales. Es tal la aceptación, que desde el Consistorio subrayan que está considerado un "servicio básico de gran interés social", que ni se plantean recortar pese a que la piscina de invierno tiene 325.000 euros de presupuesto anual -120.000 se van en combustible, electricidad, agua y productos químicos- y por tasas se recaudan 125.000.

Entre las piscinas de invierno que todavía no han abierto se encuentran las de Casariche (5.600 habitantes) y Herrera (6.516 vecinos). En el primero, la piscina climatizada se inauguró hace escasos meses, en marzo y, aunque es independiente de la piscina de verano, se cerró con el buen tiempo. Según fuentes municipales, no ha podido abrir de nuevo porque se ha detectado un problema en el vaso, que debe subsanar la constructora. Luego "se valorará si puede abrirse o no" en la actual coyuntura económica.

En Herrera, fuentes del nuevo gobierno del PP aseguran que se abrirá en enero, pese a que genera un déficit de 200.000 euros al año. "Es un gasto que consideramos necesario, porque muchos de los usuarios son personas mayores que usan este servicio por problemas de salud". El Ayuntamiento ha encargado un estudio para intentar reducir las pérdidas.

Tampoco ha abierto todavía la piscina de invierno en Osuna, que, según la alcaldesa, Rosario Andújar (PSOE), lo hará en enero. En años anteriores, cuando la carpa presostática ha estado instalada entre octubre y mayo, el gasto ha sido de 120.000 euros y con las tarifas que pagan los usuarios se recaudan 10.000. En Osuna, que tiene piscina en invierno desde 2002, se incrementarán las tarifas en 2012, en algunos casos por encima del 50%, aunque intentando bonificar a los colectivos más desfavorecidos. Las instalaciones han sido sometidas en los últimos meses a una profunda remodelación, con la que se han renovado los vestuarios y los equipos para evitar fugas y optimizar el gasto de combustible.

En otros casos, los ayuntamientos están apostando por ceder la gestión a empresas especializadas para evitarse problemas. En Utrera, se inauguró hace unos meses la piscina climatizada para todo el año en la que se han invertido 2,4 millones de euros del Plan E y que sustituye a la carpa presostática que se venía utilizando. Según los responsables del área de Deportes, tenía un tremendo mantenimiento y requería de mayor gasto de combustible porque las pérdidas caloríficas eran difíciles de controlar. El servicio va a externalizarse, como se ha hecho con otras piscinas que se han construido en el último año con los fondos estatales contra la crisis, como la piscina de Las Cabezas de San Juan, en la que se invirtió un millón de euros, o la de Castilleja de la Cuesta.

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