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La Sierra Sur se seca

  • Los cortes en el suministro son permanentes desde hace dos meses entre las 23.00 y las 8.00 · Las causas: falta de lluvia, tomas ilegales y contaminación por abono de los acuíferos

Cada noche a las once, los más de 13.000 vecinos de Casariche, La Roda de Andalucía, Badolatosa y Lora de Estepa se abstienen de abrir el grifo. Sería un acto inútil. Llevan así de forma ininterrumpida unos dos meses, aunque desde diciembre del año pasado venían ya sufriendo cortes intermitentes en el suministro. La lluvia es escasa en la comarca, pero las precipitaciones de los últimos meses, a diferencia de lo ocurrido en otras zonas, no han aliviado la situación. Hay escasez de agua, pero no es el único problema.

Las fugas en una red con muchos años ya de servicio, las tomas ilegales para riego y un derroche en el uso del agua se encuentran también entre las causas del problema, a las que se suma una preocupante concentración de nitratos filtrados a las aguas subterráneas, consecuencia de un excesivo uso de abonos químicos en el olivar que ha obligado a abandonar la explotación de algunos acuíferos.

Los cuatro municipios se abastecen de un único depósito situado en Lora de Estepa, que se surte preferentemente del acuífero Águilas-Guinchón. Las miradas se dirigen a diario hacia éste. Las mediciones del nivel de agua del acuífero realizadas por el Instituto Geológico Minero (IGM), dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia, vienen alertando desde hace más de 30 años del problema, aunque la preocupación se ha acentuado en los últimos diez.

El acuífero es una gran bolsa que bajo los términos municipales de Casariche y Lora ocupa una extensión de 4,4 kilómetros cuadrados. De él se extraen 2.000 millones de litros cada año, el doble de lo que se debiera de acuerdo a lo que se denomina uso sostenible. La conclusión es clara: se agota.

Las principales soluciones de emergencia puestas en marcha para lograr agua son tres, la primera de las cuales consistirá en la construcción de un pozo en la Finca del Marqués de los Zoidos, en el término municipal de Estepa. Oficialmente, la tubería de una decena de kilómetros que llevará el agua al depósito mancomunado aportará unos 18 litros/segundo, pero según el alcalde de Casariche, Eladio Lozano, apenas llegará a los 10, una cantidad insuficiente.

La segunda intervención urgente es la construcción de una tubería de 18 kilómetros de longitud entre Martín de la Jara y La Roda de Andalucía, cuya realización ha sido ya aprobada por la Junta y que podrá abastecer también a Casariche al existir una tubería entre ambas poblaciones. La tercera y última solución es realizar un nuevo sondeo en la Sierra del Becerredo.

Antonio Manuel González (PSOE) es alcalde de Badolatosa y coincide con sus colegas en hacer un diagnóstico más bien pesimista. El pueblo está bañado por el Genil, del que durante años se abastecía el municipio. Ahora baja caudaloso, con color tierra porque es época de riego aguas arriba. Asegura que tanto el río como el embalse al que surte, el de Malpasillo, "están contaminados con todo, pero especialmente con nitrato". Los índices que se registran no son admisibles para el consumo humano, pero sí para el agrícola.

En el término de La Roda se fraguó una batalla entre los ejércitos de Julio César y Escipión,el Africano. Hoy la pelea es por un agua limpia. La contaminación es el rival. La alcaldesa, Milagros Prieto (PSOE), asume la realidad con cierta resignación y dice agradecer a la Junta de Andalucía, la Diputación y el Consorcio de Aguas de la Sierra Sur sus gestiones para dar de beber a los vecinos.

"¿El pueblo? Está muy sensibilizado. Hemos hecho campañas en la televisión local y hemos hecho nuestro propio díptico", afirma la regidora tras asegurar que el folleto realizado de común acuerdo por los cuatro municipios afectados "es muy complicado". En el suyo, lleno de colores, se recomienda a los vecinos que no laven los coches "con la manguera abierta ni en la vía pública".

Lora de Estepa es con 800 habitantes la más pequeña de las localidades afectadas, pero la que más derroche de agua registra de largo. Su alcalde, Salvador Guerrero, niega la mayor: dice que el dato es mucho menor y defiende el uso responsable que hacen sus convecinos de este recurso.

El pueblo dispone de un pozo propio que abastece a la mitad de la población, pero las restricciones se aplican en todo el pueblo para evitar agravios. El pasado martes se firmó el convenio por el que será una realidad el pozo en la Finca del Marqués de los Zoidos. "Estamos tranquilos, pero con las orejas tiesas", explica.

Guerrero es médico en el centro de salud de Casariche y ni ha visto ni conoce casos de personas que hayan enfermado por beber agua con nitratos. La piscina del pueblo ha sido llenada este verano con agua con niveles de esta sustancia que exceden los aptos para el consumo, pero la Delegación de Salud emitió un informe en el que daba vía libre a su llenado.

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