Lamentablemente para los portavoces de los grupos políticos en Alcalá de Guadaíra, la reunión con trabajadores de empresas de sus históricos polígonos que anuncian el cierre se está convirtiendo en rutina. Ayer volvió a ocurrir. Los portavoces recibieron al comité de la planta de Puleva, al que mostraron su apoyo con una declaración en la que se solidarizan con los 70 afectados -la mayoría con más de 50 años- y solicitan a la multinacional Lactalis, que adquirió la fábrica hace unos años, que reconsidere su decisión de cerrarla para concentrar la actividad en Granada. "Nos ponemos a su disposición para buscar alternativas" para una "fábrica emblemática", "de vital importancia económica y que ha propiciado mucho empleo indirecto para Alcalá y la provincia".

El personal afectado prepara un calendario de movilizaciones, ha pedido a la Junta que averigüe y exija la devolución de las ayudas públicas que haya podido recibir para mantenimiento del empleo. En este sentido, han recordado que 25 compañeros de Lactalis procedían de la antigua azucarera de La Rinconada, recolocados gracias a ayudas públicas.

El alcalde de Alcalá, Antonio Gutiérrez Limones, fue más allá y ha insistido en que las administraciones deben convencerse de la necesidad de elaborar un plan, una estrategia de "reindustrialización" que, la pasada primavera, ya reclamó en el Senado y en el Parlamento europeo con escaso eco. Ahora va a llamar a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para que tome la iniciativa, con políticas específicas para los polos industriales, como Algeciras, como Alcalá, citó. Puleva, como otras plantas que han ido cerrando (Roca, Danone, Panrico, Fagor, dijo), se llevan con ellas una "sinergia" de empleo, de proveedores, clientes y pequeños empresarios, recordó. "Hay que alinear esfuerzos, de Europa, del Gobierno central, autonómico y local y sentarse con la propia industria" para parar la "sangría" que se está produciendo. "O hacemos una estrategia o estamos muertos", señaló, por la dificultad de que Europa cree empleo como para suplir el que se pierde y siga siendo "sostenible". En este sentido, considera que el problema no es de Alcalá, que es sólo el polo, sino que va mucho más allá.

Sobre el caso concreto de Puleva, Limones explicó que habló directamente con el director de la planta y el director general de la empresa, quienes le trasladaron que las ventas han caído, que en Andalucía hay poca leche y cara y que necesitan concentrar la producción para seguir siendo productivos. El regidor subraya por contra que la planta tiene instalaciones modernas, con una inversión importante que contó con ayudas, aunque no las gestionó la multinacional que ahora es propietaria, pero que la historia se repite y que quienes compran en esas condiciones deben mantener sus compromisos. "No nos vale ni a nosotros ni a los trabajadores que digan que van a facilitar su traslado a otras plantas", son familias "totalmente afincadas en Sevilla", dijo sobre el personal.