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La belleza está en el exterior

  • El nuevo gobierno local prohíbe a los vecinos pintar las fachadas de un color que no sea blanco o poner puertas de aluminio en dorado o plateado en los balcones

El alcalde de Alanís, Cecilio Fuentes (PA), admite que una de las primeras medidas que el gobierno local tomó tras asumir sus funciones no puede calificarse de popular. Se trata de una serie de bandos en los que las autoridades municipales recuerdan que los propietarios de viviendas están obligados a mantener la fisonomía tradicional en las fachadas, huyendo de colores estridentes en la pintura, azulejos de interior para los zócalos y otros materiales extraños que proliferaron en este y en otros municipios sevillanos durante un tiempo.

Lejos de lo que pueda parecer, los bandos no implantan nada nuevo. Las directrices que el Ayuntamiento quiere hacer efectivas ahora ya estaban recogidas en el Proyecto de Delimitación de Suelo Urbano, la norma urbanística vigente en el municipio de la Sierra Norte. Aunque hasta ahora se habían tratado con cierta laxitud, favoreciendo los experimentos.

En el primer bando, emitido poco después de las elecciones, se recordó a los vecinos que, para cualquier obra, estaban obligados a pedir una licencia municipal. En el segundo, en julio, ya se reiteraba la prohibición sin ambages cualquier otro color que no fuera el blanco en las fachadas. "El color permitido será el blanco en fachadas y trasteros visibles desde la vía pública", se dice literalmente, y se añade: "No se autorizan recercados ni cornisas de colores diferentes, a excepción de las terminadas en ladrillo de taco". También se limitaban los materiales que pueden utilizarse en los zócalos a los tradicionales.

Según Fuentes, que llegó hace cuatro años a Alanís como maestro, el hacer que se cumpla la norma no es caprichoso. Su equipo está convencido de que la postal de pueblo serrano no sólo forma parte del patrimonio local, sino que también es un activo para el turismo. Hay licencia para la construcción de 150 nuevas viviendas y se está tramitando un PGOU en el que una de las principales apuestas será las casas de segunda residencia, que se quieren ofrecer a los vecinos de Sevilla y del sur de Extremadura para que pasen sus vacaciones y fines de semana en Alanís. Y para eso, cuanto más atractivo sea el municipio, mejor.

Los bandos del Ayuntamiento no sólo anuncian sanciones si los vecinos no respetan el color tradicional en el frontal de las casas. También se especifican los materiales que están permitidos para otros elementos de las fachadas, en las que se prohíbe la colocación de aparatos de aire acondicionado.

Los "huecos volados" o balcones sólo podrán cerrarse con "materiales tradicionales, como el acero o la madera, no se permiten en estos casos el aluminio o las imitaciones". El uso del socorrido aluminio sólo es posible en las "carpinterías embutidas en los huecos de la fachada". Es decir, en la puertas de balcones y ventanas, aunque nunca con acabados "en dorado o plateado", únicamente "colores lacados y, preferiblemente, oscuros".

A este bando se unió otro en agosto en el que se recordaba la obligatoriedad de mantener en condiciones las fachadas y las medianeras, con la amenaza de multas. El último edicto del gobierno fue en septiembre y explicaba que no se puede verter hormigón en la vía pública, ni usar ésta para prepararlo durante las obras, porque daña gravemente el enlosado, sobre todo en las calles adoquinadas.

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