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Tribunales

Tres años y diez meses de cárcel por una estafa de 345.139 € a la Seguridad Social

  • La Audiencia de Sevilla considera probado que un empresario de Écija daba altas y bajas ficticas en empresas inexistentes.

La Audiencia de Sevilla ha condenado hoy a tres años y 10 meses de cárcel a un empresario de Ecija (Sevilla) que estafó a la Seguridad Social 345.139 euros dando altas y bajas ficticias a trabajadores en empresas inexistentes.

El empresario A.C.T. ha reconocido hoy en la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla haber utilizado diez empresas sin actividad para dar de alta a 32 personas que en realidad no hicieron ningún trabajo, pero que de esta manera lograron cobrar prestaciones de incapacidad laboral, desempleo e invalidez.

El juicio, por tanto, no se ha celebrado y los jueces han condenado al empresario a tres años y 6 meses de cárcel por estafa y a otros cuatro meses de cárcel como sustitución de una multa de 810 euros.

En el juicio, la Fiscalía de Sevilla ha retirado su anterior posición en la que no acusaba por consideraciones jurídicas sobre el montante de lo apropiado y ha calificado los hechos como un delito de estafa, uniéndose así al letrado de la Seguridad Social.

El acusado actuó "de común acuerdo" con los trabajadores beneficiados, que entre 1991 y 1997 le entregaron a cambio "una cantidad variable" de dinero, según los hechos reconocidos por el acusado.

Por este método, estafaron a la Seguridad Social un total de 57.293.179 millones de pesetas (345.139 euros), a cuyo pago ha sido condenado el procesado.

El empresario, que cumple condena por otros hechos similares, había estado en paradero desconocido hasta que fue detenido hace unos meses.

A.C.T. "alteró los documentos" para inscribir a sus empresas en la Seguridad Social, así como las altas y bajas de los trabajadores ficticios y los documentos oficiales para solicitar las prestaciones de la Seguridad Social, todo ello destinado a "crear la apariencia de una relación laboral verdadera".

El procesado, utilizando en todos los casos su verdadero nombre, creó empresas ficticias de venta de revistas, reparación de vehículos, fontanería, hostelería, doma de ganado, taller de costura, peluquería y construcción.

Estas empresas, según sus documentos, operaban en las localidades sevillanas de Ecija y La Campana y en la cordobesa de Fuente Palmera.

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