Utrera

Una cesta de Navidad que te paga la hipoteca

  • El sorteo, valorado en 500.000 euros, relanza la fama de El Paisano, una de las emblemáticas ventas de la N-IV

La venta El Paisano de Utrera le da cada año un sentido distinto a las cestas de Navidad, ya que sortea casi 500.000 euros en premios que incluyen una autocaravana, lingotes de oro o el pago de una hipoteca. Una cesta que, obviamente, sólo conserva el nombre para mantener ese espíritu de las cosas que se sortean por Navidad, pero que tiene copados muchos rincones de esta venta situada en la N-IV, que ha unido el norte de España con el sur de Andalucía occidental.

En este cruce de caminos, Luis Paisano muestra los cientos de productos que se pueden obtener. Cuesta imaginarlo, pero la persona que tenga la papeleta ganadora se va a llevar a casa, por ejemplo, dos coches, una autocaravana, una moto, varios jamones de pata negra o larguísima lista de productos que, posiblemente para facilitar las cosas, se pueden consultar en la web de la venta, aunque, si se solicita, la lista se entrega junto a la papeleta, que cuesta 5 euros. "Hemos querido innovar, con una autocaravana para siete personas, un apartamento para llevarlo a donde quieras; lingotes de oro, 600 gramos; y para el que le guste, un crucero o un viaje a Eurodisney", explica Paisano. Empiezan a trabajar en mayo, "con la idea de iniciar la venta en junio o julio y nunca sobran papeletas".

De todas formas, hay que darse prisa, porque aparte de por su hostelería, cada día decenas de personas paran en el establecimiento atraídas por la fama que esta cesta. Los responsables le han dado hasta un hombre, "la Niña", porque se juega el 5 de enero, justo antes de la lotería del Niño, como reza el toldo que cubre la zona expositiva.

Luis Cadena recorre la venta enseñando sus secretos, que van más allá, como los molletes que usa para acompañar al jamón y que una panadería les hace en exclusiva, o los postres. Admite que la cesta es todo un reclamo, pero la historia de este lugar emblemático va más allá, ya que tuvo su origen en la antigua Venta de la Calera, a mediados del siglo XX, cuando se construía la N-IV. Su historia se completa ahora, en plena modernidad, con esta cesta que le da fama fuera de las fronteras andaluzas, y que tiene, justo al final de la interminable lista de alimentos que la componen, una caja de sal de frutas, para que hasta la digestión sea placentera tras obtener el premio.

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