Villamanrique de la Condesa

La declaración como monumento del Palacio de Orleans se retrasa hasta 2010

  • Un problema administrativo impide a la Consejería de Cultura abrir un nuevo proceso para la declaración del edificio como BIC antes de tres años salvo que dos "entidades consultivas" lo solicitan.

La Consejería de Cultura va a tener que esperar hasta el año 2010 para declarar como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento el Palacio de Orleans, en Villamanrique de la Condesa, a menos que dos "instituciones consultivas" lo soliciten anteriormente.

En dos ocasiones ha intentado ya la Administración andaluza la protección de este edificio, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI y que ha sido convento y después palacio, primero de los Manríquez de Zúñiga y después de los duques de Montpensier, que le dejaron su apellido Orleans al nombre de la finca y uno de sus títulos, el de la Condesa de París, a la denominación del municipio en que se levanta.

El Palacio de Orleans se intentó declarar BIC por primera vez en 1998, pero, según han informado a Efe fuentes de la Consejería andaluza de Cultura, los propietarios recurrieron ante el juez esta incoación por un "error administrativo".

En febrero de 2001, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dictaminó a favor de la propiedad en este error administrativo, un fallo que fue recurrido, a su vez, por la Junta, que vio rechazado su recurso por el Tribunal Supremo el pasado mes de marzo.

Entretanto, el expediente de declaración como Monumento, que por ley tiene un plazo de 18 meses para su resolución, caducó y la Administración andaluza decidió abrir un nuevo procedimiento de inscripción del Palacio de Orleans como BIC, que incluso se publicó en el Boletín Oficial de la Junta del pasado 2 de julio.

Sin embargo, otro problema administrativo ha obligado a paralizar de nuevo esta declaración: la Administración no puede iniciar un expediente para inscribir un edificio como BIC hasta que no hayan transcurrido tres años del intento anterior, y la sentencia del Tribunal Supremo desfavorable a la Junta tiene fecha de marzo de 2007, con lo que no se podría comenzar de nuevo hasta el primer trimestre de 2010.

Existe sólo una salvedad que podría contribuir a proteger antes el Palacio de Orleans: si dos instituciones consultivas, como universidades o academias, lo solicitan, se podría dar luz verde previamente a un nuevo procedimiento para su declaración como BIC, lo que comportaría que el Palacio estaría bajo la tutela de la Consejería de Cultura.

La historia del Palacio de Orleans se remonta al siglo XVI, pero ha quedado íntimamente unida a los duques de Montpensier, que se instalaron en Sevilla a mediados del XIX y que mandaron construir en Villamanrique una casa palacio rodeada de jardines y espacios abiertos destinada, en principio, a servirles de alojamiento durante las temporadas de caza.

Este edificio mantiene, por un lado, los restos del palacio que anteriormente tuvieron allí los Martínez de Zúñiga y, con ello, vestigios de la vivienda rural tradicional andaluza; pero por otra parte son notables, sobre todo en la concepción decorativa de sus interiores, las influencias francesas, según se recoge en la argumentación que la Junta de Andalucía hacía para convertir el edificio en BIC con la categoría de Monumento.

El palacio ha jugado en el municipio de Villamanrique -de 4.000 habitantes- un "importante papel en el desarrollo y la configuración urbana" y ha sido "punto de partida para la dinamización económica y poblacional de un núcleo muy reducido antes de su emplazamiento".

De hecho, el nombre de Villamanrique de la Condesa se puso en homenaje a la condesa de París, uno de los títulos de esta familia, cuyo último patriarca, Pedro de Orleans y Braganza, falleció el pasado 27 de diciembre.

Junto a los elementos arquitectónicos de interés en el palacio, como el claustrillo que perteneció a un antiguo convento franciscano existente en el lugar, los restos de molinos del siglo XVI o la antigua central eléctrica que cubría las necesidades domésticas, en su declaración como Monumento pesan también elementos paisajísticos.

En efecto, el palacio se concibió integrado en unos amplios jardines en los que conviven "caracteres de la tradición andaluza" con frutales y plantas ornamentales típicas de la estética Romántica.

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