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Turismo rural: La demanda se duplica

  • La apertura de negocios se dispara, en un fenómeno que el sector desvincula de la 'burbuja' en la capital

  • Sólo los alojamientos extrahoteleros declarados generan un negocio de casi 11,5 millones

La demanda se duplica Turismo rural

La demanda se duplica Turismo rural

El aumento de la demanda y de la oferta turística no es un fenómeno exclusivo de la ciudad de Sevilla. También se está dando en el turismo rural, aunque en este caso impulsado por resortes distintos, según se destaca desde el sector, que subraya que frente al riesgo de burbuja en la capital, en los pueblos sigue habiendo margen para crecer, muy lejos de la saturación. Esos resortes son la mejora económica, pero sobre todo el que, más que antes, la naturaleza y el modo de vida en los pueblos sean valor al alza, así como las actividades que se pueden desarrollar en los mismos, sobre todo por visitantes urbanitas. También influye la necesidad de los propios vecinos de los pueblos de lograr ingresos en una economía fluctuante, por la caída de los precios de la agricultura y la ganadería e incluso de la construcción, que les funcionó durante un tiempo, poniendo en el mercado propiedades familiares que suelen usar cuando no están alquiladas. A ello se une el que se están conociendo más las posibilidades y riquezas de Sevilla en este sentido.

Manuel Pimienta, presidente de la Asociación de Alojamientos Extrahoteleros de la Provincia de Sevilla, que agrupa a propietarios de casas rurales, apartamentos turísticos y campings, sin incluir a la capital, asegura que en los últimos tres años tanto la oferta como la demanda se han duplicado, pero que aún así ésta sigue siendo muy superior y hay, por tanto, margen de crecimiento.

A finales de 2017, había 461 establecimientos de este tipo (distintos a los hoteles que están sobre todo en ciudades medias monumentales) y la cifra podría haber alcanzado ya los 500. En 2015 no eran ni 250. En estos números no están incluidos establecimientos no declarados que, según el sector, son más del doble que los legales y que también han aumentado. Sólo el alojamiento extrahotelerero declarado generó unos ingresos en 2017 de casi 11,5 millones de euros en la provincia, según un estudio elaborado para Prodetur, la sociedad de Promoción y Desarrollo Turístico de la Diputación.

La tendencia se ve corroborada con las altas -negocios nuevos o que se legalizan- en la delegación Territorial de Turismo y Deporte de la Junta. En 2014 se inscribieron 25 alojamientos rurales, sumando casas y viviendas turísticas de alojamiento rural, categorías similares. En 2017, fueron 250, un 144% más. En número de plazas, fueron 66 en 2014 y el año pasado se superaron las 600, sin incluir campings o apartamentos.

La Sierra Norte, que ha sido pionera en este sentido, es la que concentra un mayor número de alojamientos, el 50%, entre Cazalla, Constantina, San Nicolás del Puerto, La Puebla de Los Infantes y Guadalcanal, fundamentalmente. Pero el crecimiento también es importante en la Sierra Sur de Sevilla y en la Vía de la Plata. En el primer caso, tiene que ver con la promoción de la Vía Verde de la Sierra, antiguo trazado ferroviario en torno al que se han desarrollado iniciativas empresariales favorecidas con la moda de la bici, el senderismo o el nordic walk (caminatas con bastones). En la Vía de la Plata influye su cercanía a Sevilla y el tirón, también, de la Vía Verde de El Ronquillo. Además, está "emergiendo", según Pimienta, la comarca de Doñana-Aljarafe, precursora en Sevilla del ecoturismo, puesto que hace más de medio siglo ya recibía a turistas, aunque nunca tuvo gran oferta de alojamientos rurales. También los hay, pero ya más dispersos, en el entorno de ciudades patrimoniales como Carmona, Écija, Osuna y Estepa.

Esta eclosión del turismo rural ha reducido la brecha que existía en Sevilla entre viajeros extranjeros, que apenas suponían el 10%, y los nacionales, que eran el 90%. Ahora, la proporción está en un 30% y 70%, respectivamente. El acercamiento es la baza para reducir la elevada estacionalidad que ahora caracteriza a este sector y para multiplicar los ingresos que genera en el entorno. Según explica el presidente de la Asociación de Alojamientos Extrahoteleros de la Provincia de Sevilla, el visitante español procede, sobre todo, de la capital y de otras ciudades andaluzas y muchos empresarios ni siquiera lo consideran un turista en sí, puesto que lo que busca es pasar unos días en familia o con amigos, en un alojamiento adecuado y un entorno bonito, pero como mucho pasea por la zona, porque normalmente no viene específicamente a conocerla o a moverse por ella.

El turista extranjero sí lo hace: alquila un coche, quiere probar la gastronomía y consume en restaurantes, acercarse a la historia y cultura y visita museos y busca el patrimonio local y realizar actividades y compras. El alojamiento rural suele ser, además, una base de operaciones para desplazarse a otros sitios, como ocurre con frecuencia en La Puebla de los Infantes, que muchos visitantes eligen por su ubicación entre Sevilla y Córdoba. Los extranjeros que consumen este turismo rural en Sevilla son, sobre todo, británicos, franceses y holandeses.

Los periodos de mayor ocupación en el ámbito rural de Sevilla son los fines de semana de primavera y otoño, los puentes y festivos de todo el año. También en Semana Santa. En verano, sólo en los establecimientos que tienen piscina. Tan poco relacionado está el boom del turismo en la provincia con el de la capital que, según Pimienta, los periodos de mucha demanda en la ciudad no se reflejan en ese entorno. Es decir, el turista que se aloja en un pueblo o en el campo lo busca expresamente.

En este aspecto de la estacionalidad, hay una gran diferencia entre quienes poseen un alojamiento rural como complemento a sus ingresos y quienes lo hacen profesionalmente. Éstos, generalmente, están más formados y se mueven en otros canales para captar clientes. Cuando más alojamientos rurales hay en una zona y más de ese tipo, más turistas capta la comarca porque se va conociendo, hay visitantes que repiten o recomiendan a otros. De hecho, la mayoría de los consumidores de este tipo de oferta suele compartir y comentar de forma activa sus experiencias en redes sociales. La calidad y una experiencia positiva durante su estancia tienen, irremediablemente, un efecto multiplicador.

Los empresarios destacan que la promoción del destino que hacen las administraciones es importante, aunque el turismo rural se vende por vías distintas a las tradicionales, en su inmensa mayoría, a través de web muy potentes que son gestionadas desde Madrid. Cuando hay una gestión más profesionalizada de los alojamientos es más fácil que una comarca entre en estos circuitos.

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