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"Que lo disfruten con salud"

  • El alcalde de Camas, Juan Pazos, inauguró el consultorio auxiliar de La Pañoleta, que atenderá con cuatro facultativos las demandas de un barrio en expansión

A sus 88 años, Tomás Sánchez ha ido muy pocas veces al médico, pero ayer estaba deseando. "¿Usted ha tomado nota de que llevamos luchando cuatro años por esto?". El nuevo consultorio auxiliar de La Pañoleta lleva el nombre de Párroco Miguel Mejías, algo que todo el mundo suscribe. "Cuando se arrió La Pañoleta", recuerda Juan Calderón, "este cura se puso a la cabeza para hacer el muro de contención, se traía la tierra que movían las máquinas que trabajaban en los depósitos de Emasesa".

Juan Pazos, alcalde de Camas, que conoce La Pañoleta de las rondas que hacía por la barriada en sus tiempos de policía local, cortó la cinta. No ha podido entrar con mejor pie Pilar Hidalgo, que el 21 de octubre tomó posesión como nueva delegada de Salud del Ayuntamiento de Camas. El consultorio tiene letreros en español y en inglés, un médico y un enfermero a tiempo total, un pediatra y un médico de familia a tiempo compartido.

"Aunque parezca paradójico, que ustedes lo disfruten con salud", dijo en la inauguración Francisco Javier Cuberta, delegado provincial de Salud. María Ángeles Gómez Camuñez, directora del centro de salud de Camas de ámbito comarcal -atiende a usuarios de Santiponce, Valencina y Castilleja de Guzmán- guió el recorrido por las instalaciones.

El consultorio está ubicado, recordaban las vecinas alborozadas, en el que llamaban colegio del Gobierno, un aulario de niños "que en tiempos de Franco estaba separado del de las niñas por una tapia". La lucha de los pensionistas alcanzó su objetivo después de "muchas trabas y un camino tortuoso", en palabras del alcalde. El ambulatorio anterior no reunía las mínimas condiciones higiénicas ni sanitarias.

"¿No has entrado? ¡Precioso, niña!". Era el tema estelar en la cola de la Pescadería Freiduría Dolores. Al fondo de la calle Écija en la que está el consultorio se ve la cuesta del Caracol que todos los años, cuando se aproxima el Lunes de Pentecostés, se llena de carretas tiradas por bueyes. La doctora Gómez Camuñez cree que el consultorio es una respuesta a un barrio que ha experimentado un notable cambio sociológico. De ser un barrio tradicional con una población de edad avanzada y bajo nivel socioeconómico, la expansión por los polígonos El Manchón y Vega del Rey ha introducido variantes sociológicas: hay más población joven y un diverso abanico de rentas.

La Pañoleta figura todavía en algunas escrituras como el Pago del Perdigón. "Eran terrenos de Gaviño", cuenta Tomás Sánchez, "que los parceló porque traía de América las duelas para hacer los barriles y aquí es donde las secaba para venderlas". Un barrio que era "dormidero de artistas": los pensionistas que van al médico sin achaque ni dolencias recuerdan una visión de Pepe Marchena, la presencia primigenia de Curro Romero, la nodriza que amamantaba a Bienvenida o el ritual del Litri. "Cuando venía de Huelva, siempre paraba a desayunar en el bar Clavel".

El párroco Miguel Mejías que rotula el consultorio casó a Juan Calderón, un modesto constructor local que pasó los trastos a su hijo. "Era cura de La Pañoleta y de Coca de la Piñera. Como la iglesia de entonces era muy vieja y no aparecían los papeles de mi bautismo, un día antes de la boda me bautizó. No me irá a echar agua a mis años, le dije al cura". Todos destacaron la colaboración de la Diputación Provincial, representada por Francisco Díaz Morillo, portavoz socialista y concejal de Villamanrique de la Condesa.

José María Páez, director del distrito Aljarafe del Servicio Andaluz de Salud, reconoció el protagonismo de Pedro Cortés, presidente de la Asociación de Mayores, que se llevó la ovación de la mañana al no poder decir casi nada embargado por la emoción y por cierta afonía. Las vecinas de La Pañoleta subían y bajaban escaleras para no perderse detalle. Por el viejo colegio donde sus hijos, allende la tapia de las niñas, recibieron la primera visión del mundo. "Que no son cataratas, mujer, que es sólo un mareo".

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