Crimen en el Viso del Alcor

El hombre que mató a su inquilino con unas tijeras alega legítima defensa

  • "Nunca intenté clavárselas, sólo asustarle. ¡Que dejo que me mate él a mí!".

Jesús Palma Santos, el hombre de 50 años que está siendo juzgado por un jurado popular por el homicidio de su inquilino, un joven magrebí de 32 años, ha alegado este jueves en el juicio que actuó en legítima defensa. “Nunca intenté clavarle las tijeras, sólo asustarle. ¡Que dejo que me mate él a mí!”, ha llegada a afirmar durante su declaración en la vista oral el acusado, que ha añadido que el fallecido era más joven y fuerte que él.

El acusado, que se enfrenta a una petición de condena de 12 años de cárcel por un delito de homicidio, ha comenzado su declaración afirmando que se considera inocente y ha explicado que cuatro meses antes de que ocurrieran los hechos expulsó a la víctima de su casa, porque sólo se le había pagado 25 euros tras pasar 20 días en la habitación que le tenía alquilada en su vivienda de la calle La Laguna de El Viso del Alcor y le exigía otros 75 euros.

El día de autos, el 18 de noviembre de 2015, el acusado ha explicado que sobre las dos menos cuarto de la madrugada Hamid se presentó en la vivienda, pero no le quiso dejar entrar y en ese momento, según su relato exculpatorio, la víctima le dio un “empujón” y lo tiró al suelo, pegándole “patadas y puñetazos por las buenas”, además de causar varios destrozos en la vivienda y lanzarle varios vasos de cristal.

El acusado cogió entonces unas tijeras de cocina que tenía encima del mueble peinadora de su dormitorio, según ha dicho Jesús, “sin empuñarla” y entonces se produjo un forcejeo en el que “no sabe cómo se clavó” Hamid las tijeras. “Me di cuenta cuando se cayó al suelo, entonces me di cuenta de que algo había pasado”, ha afirmado el acusado, que ha añadido que de inmediato llamó al servicio de emergencias 112 y a la Guardia Civil. “Nada más ver la sangre, llamé a la ambulancia y a la Guardia Civil”, ha defendido.

El procesado, que ha insistido en que “nunca” tuvo intención de matar al joven sino sólo de asustarle, ha señalado que había tenido que llamar en cuatro ocasiones a la Guardia Civil porque el marroquí le había agredido, aunque nunca llegó a presentar una denuncia por estos hechos. En una ocasión ha dicho que tuvo que dejarle el dinero y su móvil al dueño de un bar para que la víctima “no le robara”, y ha asegurado que ésta le amenazaba diciéndole que “lo iba a matar y a quemar su casa” y que después se marcharía a Marruecos.

La Fiscalía sostiene en su escrito de conclusiones provisionales que hubo un forcejeo entre ambos y que el acusado le clavó las tijeras en cuatro ocasiones en la zona del cuello, tórax, brazo izquierdo y primer dedo de la mano derecha, lesiones que acabaron provocándole la muerte debido a la “masiva hemorragia producida”.

El Ministerio Público le atribuye un delito de homicidio por el que reclama una condena de 12 años de prisión y que no obtenga el beneficio del tercer grado penitenciario hasta que no haya cumplido la mitad de la pena. Además reclama una indemnización de 9.586 euros para cada uno de los padres del magrebí fallecido y de 47.931 euros para sus hijos menores.

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