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El jurado inicia el juicio contra el hombre que mató y descuartizó a su tío

  • La Fiscalía reclama una condena de 25 años y cinco meses de prisión para el acusado por asesinato y profanación del cadáver

Varios policías en la casa donde se cometió el crimen, en febrero de 2016.

Varios policías en la casa donde se cometió el crimen, en febrero de 2016. / juan carlos vázquez

La Audiencia de Sevilla elige hoy a los nueve ciudadanos encargados de enjuiciar a un hombre de 39 años que mató a su tío, de 54, en el domicilio de Dos Hermanas en el que ambos convivían y, a continuación, descuartizó el cadáver y lo distribuyó en varios paquetes.

El juicio se inicia este jueves, con la constitución del jurado y las alegaciones de las partes, mientras que la declaración del acusado, Francisco Javier Román de Dios, tendrá lugar previsiblemente mañana viernes. La Fiscalía reclama una condena de 25 años y cinco meses de prisión para el acusado, al que considera responsable de delitos de asesinato y profanación de cadáveres.

Los hechos sobre los que tendrá que emitir un veredicto el jurado ocurrieron entre las nueve de la noche del 26 de febrero de 2016 y las diez de la mañana del día siguiente, cuando el acusado y su tío, Diego de Dios Ruda, se enzarzaron en una discusión motiva por la venta de una consola Playstation 4 que había hecho Francisco Javier y que su tío había tenido que recuperar.

Dice el fiscal que el sobrino convivía con la víctima desde unos tres meses antes y que la convivencia "no era pacífica", existiendo "continuos enfrentamientos", algunos de ellos motivados porque el sobrino vendía objetos suyos sin su consentimiento.

Esa noche, la víctima quiso hablar con su sobrino para que regresara a Gerona pero éste lo agarró por los brazos y "con ánimo de acabar con su vida" le atacó con una picola y un martillo-machota que había en la mesa del salón, con las que golpeó a su tío en la cabeza, alcanzándole los dos primeros golpes en la región frontal craneal. En total, el acusado le propinó hasta doce golpes con ambos objetos, lo que le provocaron diversas heridas contusas en la región craneal, con fractura de la base y bóveda craneales y hemorragias encefálicas.

Durante el "repentino ataque", la víctima "apenas pudo dar un paso en dirección a la puerta de entrada, cuando el acusado, eliminando cualquier posibilidad de defensa, le propinó nuevamente, esta vez por la espalda, varios golpes en la región occipital derecha e izquierda, por encima de la nuca", lo que hizo que cayera al suelo boca abajo y en esa posición continuó agrediéndole con la machota hasta provocarle el hundimiento craneal.

La Fiscalía insiste en que Diego de Dios no se esperaba una "reacción agresiva" de su atacante y la agresión fue "tan contundente y tan continuada que la mínima defensa que ejerció al cubrirse el rostro con las manos fue insuficiente para repeler eficazmente el ataque", al tiempo que al hallarse bajo los efectos del alcohol su capacidad defensiva era aún menor.

Tras dar muerte a su tío de esta forma tan violencia, el acusado, con objeto de deshacerse del cadáver y "en todo caso, manifestando un absoluto desprecio por la memoria de su tío" -sostiene la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales-, trasladó el cuerpo al cuarto de baño de la vivienda donde procedió a descuartizarlo, utilizando para ello "un serrucho de grandes dimensiones, con el cual iba desmembrando el mismo y separando las distintas partes del cuerpo" que posteriormente fue embalando en bolsas de plástico de basura.

La Policía se presentó en el domicilio de la víctima el 29 de febrero, una vez que los empleados de una bodega que frecuentaba la víctima se extrañaran por la ausencia de Diego durante todo el fin de semana. El acusado, que inicialmente les negó la entrada a los agentes, los dejó pasar y les dijo: "Ahí está mi tío al que estáis buscando", mostrándoles los trozos que quedaban del cadáver de Diego de Dios Ruda. Habían pasado tres días desde que cometió el crimen.

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