seguridad ciudadana

'Los malos' buscan abuelos

  • Un centro de mayores de Camas organiza una charla para que la Policía prevenga a sus usuarios de los delitos ante los que son más vulnerables

Un momento de la charla a los usuarios de la Unidad de Estancia Diurna Santa Clara Quality, en Camas, el pasado martes.

Un momento de la charla a los usuarios de la Unidad de Estancia Diurna Santa Clara Quality, en Camas, el pasado martes. / víctor rodríguez

El aumento de la esperanza de vida está condicionando muchos aspectos de la sociedad, de ahí los debates sobre pensiones, la atención a la dependencia o que la publicidad ponga el foco en un colectivo cada vez más activo y numeroso. Y tiene reflejo en cosas de las que se habla menos, como la seguridad ciudadana. Porque el crecimiento de un sector más vulnerable no pasa desapercibido para quienes buscan víctimas fáciles de hurtos y estafas. Los delitos hacia esta población van al alza y la preocupación de los mayores, también.

A ello se debe la iniciativa de la Unidad de Estancia Diurna Santa Clara Quality, ubicada en Vega del Rey, Camas, que invitó a la Policía a dar consejos preventivos a sus usuarios, la mitad de los cuales, pese a arrastrar algún achaque, son personas autónomas, que viven solas o con familiares y salen por su cuenta. La Policía Nacional tiene con este fin el llamado Plan Mayor Seguridad y la charla, que se transformó en un pequeño debate, fue un interesante reflejo de las situaciones reales que se dan a diario y de cómo se debe actuar.

El agente que habló, que pidió que se le cite con iniciales, D.R.V., arrancó con una pregunta: "¿Alguien sabe a qué número llamar si le roban o le estafan?". La mayoría respondió el 061 (emergencias sanitarias), pocos el 091 (Policía Nacional) y nadie el 112, número para cualquier emergencia y lugar y el que deben memorizar, como se encargó de recordar. Por triste que sea, la conclusión de la charla fue que hay desconfiar casi siempre, porque los tipos de delito con mayores que más aumentan son el tipo "hurto cariñoso", en los que alguien intenta captar la atención del abuelo, mientras que otro observa, atento a la distracción, para meter la mano en el bolso o tirar de la joya que está a la vista.

Pronto surgieron ejemplos: "Se me acercaron dos mujeres al salir del médico y me dijeron que daban masajes gratis, le dije que se lo dijeran a mi hijo y se fueron...", señaló una mujer. Otra: "Dos mujeres muy bien puestas, me pararon y me dijeron 'se parece usted a mi abuelo, deme dos besos', y les dije, quita, por qué la voy a besar a usted". Son situaciones que se dan en mercadillos, en la puerta de la iglesia o el centro de salud. En esos dos casos "actuaron bien", según el agente, "hay que evitar la cercanía máxima". El policía les relató que hay delincuentes que fingen desmayos para robar y habló del "timo de la mancha": provocan un incidente menor en un bar (como tirar un café) para hacer que ayudan o dejarse ayudar con un fin ilícito. "Hay que llamar a un responsable del local, a otras personas, nunca intentar actuar solos". Con los hombres, el coqueteo también funciona para distraer.

Otros consejos fueron no llevar joyas o no a la vista; ni mucho dinero o no en bolsos o carteras. Un residente explicó que fue objeto de un tirón: le quitaron el bolso con 200 euros para comprarse un chaquetón un caluroso 16 de septiembre, a la hora de comer, en la parada de autobús junto al Hospital Macarena. Entre los métodos alternativos que recomendó el agente está el de las señoras de toda la vida de guardar los billetes en el sostén, que explicó con un gesto gráfico. Para evitar tirones, mejor bolsos en bandolera y del lado de los edificios al andar por la calle.

"¿Alguno va a cobrar la pensión el día 1 o el 2?", preguntó, y le aclararon que las pensiones se ingresan el 25. El mensaje vale igual: hay que intentar no sacar dinero ese primer día, no hacer cola y no acudir al banco solos. En casa, no hay que guardar mucho dinero y no hacerlo en un único sitio, para no facilitar las cosas a quien pueda andar buscando. D.R.V. les advirtió que, aunque los jubilados gusten de las rutinas, también deben intentar cambiarlas: salir de casa a distinta hora, alternar el bar en el que paran o el sitio por el que caminan. "Los que no tienen nada de hacer se dedican a observar y mejor no facilitarles las cosas", dijo, y les conminó a "dar norte" a los vecinos y a la familia de a dónde van.

En casa, aconsejó no abrir a ningún desconocido: "Si tiene interés, volverá", "nunca revelar que estamos solos" y no dar datos, ni firmar a quien lo pide por cualquier causa. Por más que se repiten, hay estafas recurrentes: el responsable de un servicio no va a llegar a casa de improviso, telefonea antes y tiene los datos que necesita. "Nadie va a hacer que paguemos menos luz por enseñar un recibo". Recomendó además no dar dinero a quien pide, sino facilitar comida o remitir a centros benéficos, porque muchos comprueban así qué dinero maneja el abuelo y es probable que vuelvan. En casa, también para la seguridad, hay que tener a mano siempre el botón de la teleasistencia. Muchos de estos estafadores huyen ante la mínima sospecha de otros testigos.

El agente -con el que los usuarios se prodigaron en halagos- les instó repetidas veces a "hablar con estas amigas" -en referencia a las auxiliares de la unidad- de las cosas que les pasan aunque no sea ya con extraños. Les explicó que, aunque "cuando nos hacemos mayores tenemos más manías" que pueden molestar a quienes tenemos cerca, deben saber diferenciar eso del maltrato y el abandono. Éste es cuando un hijo dice cosas como que "no te duches o no te voy a la calentar la comida...". En cuanto al maltrato, recordó que también es llamarles de forma despectiva constantemente, recriminándole cosas. El Policía subrayó que con los mayores, como ha pasado con la violencia hacia la mujer, el maltrato está demasiado asumido y demasiadas veces o no se atreven o no saben que pueden denunciar. Y denunciar, en esto y en todo, es importante siempre.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios