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Las obras de las conducciones de Melonares comenzarán en verano

  • La Agencia Andaluza del Agua saca a exposición pública el proyecto de la tubería que conectará el canal de riego del Viar con Emasesa, que costará 31 millones

La Agencia Andaluza del Agua ya tiene sus plazos para la construcción de las conducciones del pantano de Melonares. Al menos de su parte, puesto que este proyecto será ejecutado de manera conjunta con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Este organismo dependiente de la Consejería de Medio Ambiente tiene previsto comenzar esta obra de conexión entre el nuevo pantano y el sistema de abastecimiento de Sevilla el próximo verano, para que concluya al mismo tiempo que la presa pueda entrar en funcionamiento, un año y medio más tarde aproximadamente.

El proyecto salió a exposición pública el pasado martes y durante el próximo mes podrá recibir alegaciones de cualquier entidad. Fuentes de este organismo aseguraron que la intención es sacar la obra a licitación de manera inmediata tras la resolución de las posibles alegaciones para que las obras puedan comenzar antes de que comience el verano. En principio, la actuación cuenta con un presupuesto de 30,9 millones de euros -sin incluir el coste de las expropiaciones, que serán muy numerosas-, mientras que la obra completa, incluyendo la parte de la CHG, puede superar los 50 millones de euros.

La parte de la intervención que corresponde a la Consejería de Medio Ambiente consistirá en la construcción de una tubería de unos 13 kilómetros de longitud que atravesará los términos de Villaverde del Río, Castilblanco de los Arroyos, Cantillana, Burguillos y Alcalá del Río y culminará en la aldea de San Ignacio del Viar, donde conectará con la tubería de Emasesa que llega hasta la estación de tratamiento de agua potable de El Carambolo. Además, incluye también la construcción de un depósito de cabecera en el punto en el que comienza la tubería, a unos 30 kilómetros del pantano, con capacidad para 12.000 metros cúbicos y que "permitirá regular las aguas procedentes del pantano con anterioridad a su integración al sistema de abastecimiento de Sevilla", según indicaron ayer desde la Agencia Andaluza del Agua.

La obra de las conducciones del pantano de Melonares se dividió en dos partes, y se repartió entre la Consejería de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para su ejecución. La primera parte, de unos 30 kilómetros de longitud, utilizará el actual canal de riego de la comunidad del Viar, que compartirá el agua destinada a la agricultura y al abastecimiento en este tramo y que recibirá una serie de intervenciones para adecuar esta infraestructura a las características que exige una instalación destinada al abastecimiento de agua para consumo humano. La CHG será la encargada de ejecutar esta parte de la obra, que contará con un presupuesto de algo más de 20 millones de euros, aunque la Junta de Andalucía también intervendrá en este tramo con intervenciones menores para cumplir un acuerdo previo entre las dos administraciones por la cual el coste total de la intervención se repartiría al 60 y 40 por ciento entre Medio Ambiente y Confederación, respectivamente. La parte de restauración del canal que corresponde a la CHG ya ha superado todos los trámites de información y sólo está pendiente de que el Ministerio de Medio Ambiente licite la obra, por lo que podría comenzar de forma paralela a la tubería competencia de la Junta de Andalucía.

El segundo tramo subterráneo ha sido proyectado para un caudal de unos 2.000 litros por segundo, aunque podría soportar en momentos puntuales hasta los 3.000 litros por segundo. Asimismo, contará como obras complementarias con una cámara de rotura de carga que permitirá disminuir la presión de la tubería y "otorgará mayores garantías de seguridad al conjunto de la actuación".

En ambos casos, la obra tendrá un plazo de un año y medio aproximadamente, tiempo también que tardará el pantano en entrar en uso, puesto que la intención de ambas administraciones es acompasar el ritmo de la actuación con el proceso de llenado de la presa, que no se hace directamente, sino que cuenta con un plan dividido en varias fases en las que se analizan diversas cuestiones para comprobar que la infraestructura no tiene ningún problema.

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