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El parricida lloró junto a los cadáveres de sus familiares pero se sintió "satisfecho"

  • El avance de la autopsia señala que Luis Miguel Briz Torrico asestó a su padre más de 20 puñaladas y degolló a su madre y a su hermana. Estuvo tres veces ingresado por brotes esquizofrénicos.

Luis Miguel Briz Torrico, el esquizofrénico de 34 años que mató a sus padres y a su hermana el pasado jueves, lloró junto a los cadáveres de sus familiares tras cometer el triple crimen y mostró sentimientos contradictorios, puesto que también se sintió “satisfecho” por lo que había hecho, al verse liberado puesto que en su enfermedad pensaba que sus familiares querían acabar con su vida.

 

Fuentes de la investigación han asegurado este lunes que el detenido ha confesado en su declaración ante la juez que instruye la causa que se echó a llorar después de acuchillar a sus familiares. Ese sentimiento de supuesto arrepentimiento no impidió que el joven se mostrara “satisfecho” y aliviado por su acción, ya que insistió en que actuó “en defensa propia” porque sus familiares querían matarle y le hacían la vida imposible.

El avance de la autopsia remitido al juzgado de instrucción 3 de Dos Hermanas indica que el presunto asesino se ensañó con su padre, Donato Briz Sánchez, de 67 años, que presentaba más de 20 puñaladas. Su madre, Ángela Torrico Sánchez, de 66, murió degollada, pero presenta también algunas heridas que demuestran que intentó defenderse, mientras que el cuerpo de la hermana, Inmaculada Briz Torrico, de 37, sólo tiene un corte en el cuello. Toda la familia estaba con ropa de calle, por lo que los investigadores dudan de que fueran sorprendidos mientras dormían. El arma utilizada fue un pequeño cuchillo de cocina y tanto el número de heridas como su intensidad apuntan a que el autor se encontraba en un brote psicótico, lo que ha sido confirmado por varios testigos presenciales que, en las horas previas al crimen, vieron a Luis Miguel por la calle dando gritos y organizando altercados.

La titular del juzgado decretó este domingo el ingreso en prisión, comunicada y sin fianza de Luis Miguel Briz Torrico, que el pasado jueves asesinó a sus padres y a su hermana y que un día después acudió a los juzgados para confesar el triple asesinato. El detenido está imputado, en principio, por tres delitos de homicidio, si bien la calificación de los hechos se establecerá definitivamente cuando finalice la fase de instrucción, en la que podría considerársele incluso presunto autor de tres delito de asesinato si se confirma que encargó tres coronas para sus familiares antes de llevar a cabo los crímenes, lo que revelaría una actuación premeditada. En cualquier caso, los informes psiquiátricos serán determinantes a la hora de concretar si Luis Miguel Briz Torrico puede ser enjuiciado como autor del triple crimen o es inimputable debido a su enfermedad mental.

La Policía Nacional, que en la tarde del pasado sábado llevó al detenido al domicilio de la calle San José para practicar una inspección ocular en el marco de la investigación, puso a mediodía de este domingo a disposición judicial a Luis Miguel Briz Torrico, según confirmaron fuentes judiciales. Tras prestar declaración, la juez dictó un auto en el que acordó su ingreso en prisión, aunque en un módulo psiquiátrico, por lo que el parricida pasará al hospital psiquiátrico penitenciario de Sevilla-I.

 

El pasado viernes, el joven entregó una carta en el juzgado de Dos Hermanas donde confesaba el crimen y alegaba que había actuado “en defensa propia”, porque según creía sus familiares querían acabar con su vida y por eso les acuchilló, llegando a explicar incluso a la funcionaria que le atendió que las víctimas estaban “de cuerpo presente” en su domicilio.

 

Después de cometer el triple asesinato, Luis Miguel Briz Torrico estuvo durante muchas horas a solas con los cadáveres, tiempo en el que limpió concienzudamente el escenario del crimen y colocó los tres cuerpos en el recibidor de la vivienda familiar, ubicada en el número 10 de la calle San José. Los cadáveres aparecieron envueltos en una manta y la limpieza de la vivienda hacía que a simple vista no se observaran rastros de violencia en la vivienda.

 

A continuación, se dirigió a los juzgados de Dos Hermanas, donde sobre las ocho y media de la tarde del pasado viernes entregó a una funcionaria una carta en la que a modo de denuncia afirmaba que sus padres habían querido matarle y que él, actuando “en defensa propia”, tuvo que acabar con sus vidas. Llegó incluso a enseñarles sus brazos a la funcionaria diciéndole "¿ves las lesiones que tengo?", según confirmaron fuentes de la investigación.

 

En los juzgados de Dos Hermanas no hay constancia de denuncias de violencia doméstica, de malos tratos familiares contra Luis Miguel Briz Torrico, aunque en la Fiscalía sí había alguna denuncia presentada por el propio parricida y debido a su manía persecutoria, ya que en alguna ocasión había relatado que tanto sus padres como su hermana querían hacerle “daño” y le insultaban y amenazaban, haciéndole además "la vida imposible".

 

De lo que también hay constancia es de hasta cinco denuncias de los familiares por desaparición de Luis Miguel Briz, la primera de ellas en abril de 2003, otras dos en mayo de 2011, una en febrero de 2012 y la última en noviembre 2012. El parricida solía ausentarse de su domicilio durante varios días, hecho que su familia denunciaba, y al cabo del tiempo regresaba. También había sido detenido en una ocasión, en noviembre de 2003, por un delito de resistencia y desobediencia a la autoridad.

 

Los investigadores están recabando los informes médicos sobre la esquizofrenia del detenido, que algunas fuentes indican que era hereditaria, y ahora se trata de determinar cuál fue la última vez que fue recibido por el psiquiatra. Este lunes ha trascendido que acudió hasta en tres ocasiones al Hospital Virgen de Valme tras sufrir sendos episodios de esquizofrenia antes del suceso y que una de esas veces llegó a estar hasta diez días ingresado.

Algunas fuentes apuntan a que el triple asesinato pudo deberse a que el detenido no seguía el tratamiento indicado para su esquizofrenia y que podría llevar tiempo sin medicarse y que esa descompensación podría haberle provocado un brote psicótico que desembocó en la tragedia.

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