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El Rastro de la Fama. María Núñez González. Doctora en arquitectura

"En la casapuerta se hacía de todo: dormir, comer, jugar a los dados..."

  • Ha sido la ganadora de la última edición del premio Focus a la mejor tesis doctoral sobre Sevilla con un estudio sobre las casas, mesones, corrales y tiendas durante el siglo XVI

La doctora en Arquitectura María Núñez González ha sido la ganadora del último premio Focus a la mejor tesis sobre un tema relacionado con la capital andaluza con su trabajo Casas, corrales, mesones y tiendas en la Sevilla del siglo XVI. Arquitectura, dibujo y léxico de alarifes. Nacida en Sevilla en 1982, es un claro ejemplo del creciente interés académico y social por el patrimonio histórico, materia sobre la que cursó el máster que imparten conjuntamente el IAPH y la Universidad de Sevilla. Aunque profesora de enseñanza media (actualmente enseña en el IES Heliche de Olivares), María Núñez sigue vinculada a la investigación y al ejercicio de su profesión. Desde 2010 es socia directiva de Proyectos de Ingeniería y Arquitectura del Sur S.L. Asimismo, pertenece al grupo de investigación dirigido por Antonio Gámiz Gordo en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla y colabora en un proyecto de I+D financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad en la Universidad de Granada. Interesada especialmente por la arquitectura doméstica sevillana del Siglo de Oro, es autora, entre muchas otras, de la publicación La casa sevillana del siglo XVI en la collación de San Salvador. Dibujo y estudio de tipologías.

-¿Ha visto La Peste?

-No, no he tenido tiempo.

-Lástima, quería preguntarle por la recreación urbana que hace de la Sevilla del XVI.

-Sí he visto el vídeo promocional La gran ciudad de Occidente y las imágenes que salen de Sevilla están bien... La oscuridad, la suciedad, la pobreza eran parte de la ciudad.

-Alguien me dijo que había dos cosas que hoy no comprenderíamos de las urbes del mundo viejo: la oscuridad y el silencio nocturno.

-Eran ciudades que no tenían nada que ver con las actuales. Han pasado muchas cosas, revoluciones industriales, tecnológicas...

-Ha ganado el premio Focus con su tesis Casas, corrales, mesones y tiendas en la Sevilla del siglo XVI. Arquitectura, dibujo y léxico de alarifes. Entre otras cosas, hace un mapa de la ciudad en esta época.

-He cogido el plano catastral y le voy introduciendo todas las modificaciones que me voy encontrando en la documentación que manejo: planos históricos, apeos...

-¿Y ha cambiado mucho el trazado urbano?

-Depende de la zona. Sevilla sufrió grandes transformaciones urbanísticas en el XIX y el XX. Por ejemplo, el trazado urbano de Ómnium Sanctórum permanece prácticamente igual.

-Pero el paisaje urbano sería muy distinto...

-Claro. La ciudad de entonces estaba mucho menos colmatada, había muchas huertas en el interior que fueron desapareciendo progresivamente. Mientras más lejos de la Catedral y el Salvador, había más huertas y las casas eran de una sola planta, porque el precio del suelo era barato. Sin embargo, un poco más cerca del centro, las casas eran ya de dos plantas, y ya en las inmediaciones de la Catedral, de tres plantas...

-Es decir, que la ciudad era como una pirámide.

-Más o menos. San Salvador era la zona con mayor densidad. De hecho, allí los patios eran chicos, de unos quince metros cuadrados en una casa media. En otras collaciones más alejadas, los patios podían tener perfectamente cuarenta o cincuenta metros cuadrados.

-Muchas de estas casas eran de alquiler. ¿Quiénes eran sus propietarios?

-Muchas eran de instituciones religiosas: la Catedral, los conventos, las parroquias, los hospitales de caridad... Aproximadamente, el 35% de los inmuebles de la ciudad les pertenecían.

-La base documental de su tesis, ya lo ha dicho, son los apeos. ¿Qué son exactamente?

-Descripciones de las casas. Estas instituciones de las que hablamos, para saber el estado de sus casas, le encargaban a un maestro alarife una descripción. A principios de siglo eran muy someros: un listado de espacios sin medidas, la distribución y las alturas. Ya más tarde, a mediados del XVI, empiezan a medir... Un dato curioso que suele aparecer es quién arrendaba la casa, si era un tintorero, un pintor... Esto es muy importante desde el punto de vista sociológico. A finales de siglo comienzan a introducir planimetría.

-Nos queda claro que la zona más cara y buena era el entorno de la Catedral, pero cuál era la más barata.

-La que estaba más al norte. También las cercanías de la Mancebía o de las lagunas, como la Alameda. Las casas cerca de las puertas de las murallas también eran más baratas, porque había mucho tránsito.

-¿Quiénes eran estos maestros alarifes?

-Eran arquitectos que, tras años de ejercer y conocer profundamente su profesión, se dedicaban a la inspección de las obras. Vermondo Resta fue maestro alarife de los hospitales reducidos.

-Haga, por favor, un ejercicio de memoria y reconstruya un apeo que le sorprendiese por su belleza.

-Me gustó mucho el apeo de una casa que está en la calle Segovias, porque es muy descriptivo. Estás leyendo el apeo y estás viendo esta casa, que es grande, porque su superficie es de unos 300 metros cuadrados, cuando la casa media sevillana tenía unos 180 metros cuadrados.

-Adelante. Haga de maestro alarife en este inmueble de la calle Segovias.

-Más o menos sería así: la puerta tiene un sardinel (escalón de entrada) de ladrillo. Paso a la casapuerta, que mide seis por cuatro varas castellanas. El suelo es de ladrillo espinapez. Tiene tres vigas y una madre que cruza en medio. También tiene una caballeriza con una ventana que da a la casapuerta. La caballeriza tiene un entresuelo de madera y tres pesebreras a la derecha. De la casapuerta paso al patio principal y a la izquierda hay una escalera de ladrillo. A la derecha hay una balconera que coge todo el lateral del patio. En el centro hay un sumidero para recoger el agua. Abajo hay también una sala principal que está a lo largo del patio con una puerta con un arco. En la sala hay una almatraya olambrada (una especie de alfombra compuesta por piezas de cerámica), el enmaderamiento está decorado y hay una ventana con reja que da al patio (es una sala importante). La sala da a un portal que tiene tres arcos con pilares de ladrillo. Desde el portal entramos por una puerta al patio del servicio de mujeres...

-Pare ahí. ¿Servicio de mujeres?

-Sí, es la zona específica para las mujeres, que suele tener varios espacios y ser la más apartada de la zona pública. En la casa de la que hablamos, el patio de este espacio, además de un balcón, tiene un pozo en medio con el brocal de piedra. También un corral, una caballeriza, una despensa, la cocina y un soberado que supongo -eso no lo especifica el apeo- que es donde dormían las mujeres de la casa...

-¿Las mujeres del servicio doméstico

-No, las mujeres de la casa. El servicio doméstico y los esclavos dormían en la casapuerta o, en este caso, muy probablemente en el entresuelo de la caballeriza.

-¿Y aquí se acaba la casa?

-No. En el apeo te vuelven a llevar al portal y de ahí pasas a una cámara pequeña que da a otra más grande que no tiene soberado y cuyo tejado es a cuatro aguas. También describe un tirasol, que después se llamó mirador.

-¿Cómo el de la Casa de los Pinelo?

-No tan elaborado. Éste no tenía balaustrada a la calle.

-¿Y queda algo de la casa actualmente?

-Se conserva prácticamente igual, las crujías, los patios... el servicio de mujeres se ha convertido en los baños. Ahora hay apartamentos turísticos. Quiero investigar qué queda de las casas que describen los apeos con los que he trabajado.

-Su tesis también incluye un diccionario con los términos usados por los maestros alarifes.

-Tiene 600 entradas, muchas de ellas se usan todavía: letrina, cenador, friso, frontero, mamparo... Hay bastantes términos que están vinculados al mar. Por ejemplo, si busca mamparo en el DRAE verá que son las tablas con las que se divide en compartimentos el interior de un barco. Hay un término que no hemos conseguido aún definir muy bien: puerta de escalera, que aparece muchísimo en los apeos. Quizás se llame así porque tiene un escalón. Todas las puertas principales de las casas eran de escalera, pero dentro también las había.

-Pasemos a los mesones. ¿Había muchos en la ciudad?

-Sí, principalmente concentrados en la zona de la calle Alhóndiga, que en una época se llamó de los Mesones.

-¿Y por qué en este lugar?

-Porque era un centro económico importante de la ciudad al ubicarse allí la Alhóndiga del Trigo. Todos los que venían de fuera para comerciar con este cereal se quedaban en estos mesones. También había muchos por la zona de San Pablo, como el de la Rabeta, probablemente por su cercanía al puerto.

-¿Cómo era un mesón?

-Llama la atención la gran cantidad de metros cuadrados que se dedicaban a las caballerizas, el 50% como mínimo. El resto eran patios y corrales. La zona de hospedaje, normalmente, estaba en los soberados. Como actualmente los hoteles, las puertas de las habitaciones tenían llave.

-Había uno famoso, el Mesón del Rincón, donde hoy se ubica El Rinconcillo.

-Sí, pero no tengo el apeo.

-¿Y el Mesón de los Perdidos?

-Ese es muy interesante, porque aparece en las ordenanzas de Sevilla. Este mesón recogía todas las cosas perdidas de la ciudad: un caballo, un niño... En la puerta había una tabla con la tarifa que tenías que pagar para recuperarlos. Estaba junto a la actual Posada del Lucero, en la calle Almirante Apodaca, justo enfrente de la iglesia de Santa Catalina.

-Actualmente, uno piensa en comida cuando escucha la palabra mesón.

-Curiosamente, las ordenanzas prohibían expresamente que los mesones vendiesen comida. Otra cosa es que las mujeres de la zona fuesen allí a venderla. Un espacio muy importante era la casapuerta, que eran más amplias que las de las casas normales, porque se usaban como lugar de reunión, para jugar a los dados, para comer...

-Siempre pensé que las casapuertas eran meros espacios de tránsito, pero ya veo que no.

-Eran espacios multiusos que servían para todo. En comparación con las casas de Granada o Toledo, donde eran muy pequeñas, las casapuertas sevillanas eran grandes. El tamaño medio era de unos 17 metros cuadrados.

-¿Y los corrales? Me imagino que serían muy parecidos a los que vimos hasta finales de los años setenta. Con baños y cocinas comunes.

-Muchas veces no tenían ni cocina común, sólo una letrina para todos. Allí vivían la gente sin recursos que llegaban a la ciudad, cogían un solar vacío y construían las habitaciones pegadas a los linderos. Lo que quedaba en medio era el patio. Era lo mínimo para dormir.

-Vamos a terminar con las tiendas.

-El comercio internacional se concentraba en las gradas de la Catedral, y el cotidiano en las zonas de Feria y El Salvador. Las tiendas que daban a las gradas tenían tres plantas y muchas ventanas, algo inusual en las construcciones del XVI sevillano. Se nota la influencia extranjera. Allí se vendía seda, joyas... objetos de lujo. Sin embargo, las tiendas del Salvador o Feria apenas tenían ventanas y no tenían tanta altura. Eran simples habitáculos rectangulares sin patio.

-Ahora estamos en el bar Europa, en la calle Alcaicería, nombre que nos remite a sus orígenes comerciales.

-Había dos alcaicerías mayores en Sevilla, la de Santa María y la del Salvador, que fue la primera que hubo en Sevilla. Eran espacios cerrados con puertas, como los zocos. Cada gremio se concentraba en una calle.

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