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el rastro de la famaRafael rodrÍguez pRIETO. profesor de filosofía del derecho y política en la UPO

"La verdadera identidad de Europa es la sanidad pública, no Carlomagno"

  • Docente e investigador formado en algunas de las mejores universidades del mundo, últimamente centra sus investigaciones en internet, un universo con luces y evidentes sombras

Rafael Rodríguez Prieto (Algeciras, 1972) pertenece a ese grupo de profesores universitarios españoles con una alta cualificación y formados en algunos de los mejores centros del mundo, como atestigua su currículum. Licenciado en Derecho y en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Hispalense y doctor europeo por la Pablo de Olavide, posteriormente se ha formado en universidades como la London School of Economics and Political Science, Harvard o la Nacional Autónoma del Estado de México. Los campos de estudio de este contundente defensor de la unidad europea y del sector público son variados y de vital importancia en los tiempos que corren, aunque casi todos están relacionados con la ciudadanía y las amenazas que corre en el mundo globalizado, donde las grandes empresas cada vez tienen más peso. En esta entrevista nos centramos en cómo internet y otros medios digitales están comprometiendo nuestra libertad e intimidad, asunto sobre el que ha escrito y coordinado los libros Poder e internet (Cátedra), Desmontando el mito de internet (Icaria) -ambos al alimón con Fernando Martínez Cabezudo- y Videojuegos, la explosión que está cambiando el mundo.

-Desmontando el mito de internet... No está mal como título de un libro. ¿A qué se refiere?

-En la actualidad, internet está actuando como un mito. Además, es un mecanismo de control y aculturación. Ahora que los bancos se quieren ahorrar mucho dinero cerrando oficinas, los consumidores nos vemos ejerciendo el trabajo del bancario... o el del personal de una compañía aérea cuando hacemos nuestro checking por internet. Es importante comprender que internet tiene elementos positivos y negativos, nos ayuda a desarrollar algunas habilidades, pero también nos restringe otras.

-¿Pero por qué un mito?

-Porque se desarrolló durante varias décadas la idea de que internet era bueno, positivo y joven, como un anuncio de colonia.

-¿Y cuáles son esas habilidades que nos restringe internet?

-La concentración en la gente joven, por ejemplo. Con todo esto de la multitarea, que en una época se valoraba mucho, se ha perdido capacidad de concentración. Para leer un libro, analizarlo, entenderlo y criticarlo se necesita una gran dosis de concentración. Hay que enseñar a usar internet en los colegios, porque se están desdeñando muchas posibilidades que da esta herramienta y, por contra, su uso se está limitando a cuatro o cinco aplicaciones de las grandes corporaciones.

"Dentro de internet se producen conflictos bélicos. Hay una guerra soterrada en la red"

-Cuando yo estaba en la carrera y no había internet, empezaron a salir en España algunos ensayos sobre la materia. Algunos hablaban de una nueva utopía, de un nuevo y gran paso en la emancipación del hombre.

-Mi amigo Vicent Mosco, uno de los grandes analistas del mundo de internet y de la economía política de la comunicación, tiene un libro que se llama La sublimación de lo digital, en el que demuestra que siempre que ha habido una innovación tecnológica -radio, televisión...- se la ha relacionado con utopías como la paz mundial, etcétera. En ese sentido, la idea que algunos tienen de internet no es nada nuevo, sino una nueva manifestación de la visión decimonónica del progreso, que no deja de ser ingenua y, a veces, negativa. Volvemos a decir que es una herramienta con cosas positivas, pero también negativas, como cuando Facebook convierte a adultos de cuarenta años en adolescentes.

-La gente no termina de comprender la trascendencia de sus actos en Facebook.

-Les estamos entregando información privada a unas empresas de forma completamente gratuita. Estas empresas negocian con nuestros datos, conocen todo de nosotros... No hablo de mecanismos de control, que también, sino de simple y puro negocio. Hace poco vi el documental de un chaval que se preocupa por saber qué conocía Google de él y, al imprimirlo, le salía una pila de documentos bastante alta. Saben mucho de nosotros y eso vale mucho dinero. Fíjese ahora en el internet de las cosas. Cuando usted tenga una nevera conectada a internet y que haga la compra, alguien sabrá qué cantidad de grasa consume y, por tanto, si es aconsejable hacerle un seguro sanitario o no.

"Estamos perdiendo a pasos agigantados derechos civiles, como la privacidad, que costó mucho conquistar"

-Hay que tener cuidado.

-Yo les insisto mucho a mis alumnos con que tengan cuidado con lo que cuelgan en las redes sociales, porque a las empresas ya no les interesa tanto el currículum como el perfil de una persona en internet.

-Además de un uso económico de nuestros datos, está el control político.

-Hay un software que usan diferentes agencias de Inteligencia de Europa y América para espiar a sus ciudadanos. Como usted ha comentado, internet es un mecanismo de control importante. Piense que la NSA, la agencia de seguridad nacional de EEUU, tiene en Utah un centro enorme donde se guardan datos no sólo de los norteamericanos, sino de ciudadanos de todo el mundo.

-Últimamente se han puesto de moda los ciberataques.

-Dentro de internet se producen conflictos bélicos. Hay ciberataques por parte de EEUU, China, Rusia, la Unión Europea. Hay una guerra soterrada en la red.

-¿Para qué se libra esa guerra?

-Para controlar y conseguir información sensible del adversario.

-¿Y cómo defendernos los ciudadanos de los abusos en internet?

-Muy fácil, aplicando el sentido común. Hay que usar esta herramienta de una forma racional, tener la conciencia de que la intimidad es algo importante. Estamos perdiendo a pasos agigantados derechos civiles, como la privacidad, que costó mucho conquistar. Siempre hay que recordar que pueden usar contra nosotros los mismos datos que suministramos por internet, o mercantilizarlos.

-¿Las redes sociales están mercantilizando nuestra intimidad?

-Sí. Por ejemplo, no podemos olvidar que Twitter es una empresa con ánimo de lucro que entró en Bolsa. La propaganda oficial es que Twitter es una plaza pública para la deliberación, pero esta empresa usa sus datos e, incluso, puede controlar lo que se dice. Nosotros intentamos aportar una metodología para el análisis de las relaciones de dominación y poder en internet. A los procesos y tendencias que limitan y mercantilizan internet les llamamos dictanet y a los que ayudan al intercambio de ideas, conocimientos y a desarrollar las posibilidades democráticas de la herramienta le llamamos free(share)net. Es muy preocupante la posición dominante de algunas empresas en internet. Google, por ejemplo, maneja el 80% del mercado. Destruir el libre mercado y la libre competencia sólo nos puede conducir a un internet más controlado y reducido.

-Muchos opinan que internet es una fosa séptica en la que la mayoría de los contenidos son pornografía, fanatismo religioso y terrorismo político. Y eso sin hablar del llamado internet profundo, que ahora se ha convertido un poco en el bosque de los terrores infantiles.

-Ahí están los vídeos del Estado Islámico, producidos por gente que viene de Hollywood. Evidentemente, internet es un reflejo de nuestra sociedad, no se puede ver y analizar como algo aislado. El mundo es así. Yo se lo digo mucho a mis estudiantes: nos creemos que todo el mundo es como Europa, pero el mundo real es un sitio en el que, por diez dólares, alguien te puede meter una bala en la cabeza. Sin embargo, hay que destacar lo positivo de internet como herramienta para intercambiar conocimiento o para que la gente desarrolle su creatividad.

-Es usted partidario de aumentar la censura en internet.

-Fernando Martínez Cabezudo y yo usamos el término "restricción de contenidos", que es un concepto más complejo que el de censura. En internet se debe desarrollar más la regulación. Hace unos meses presentamos una propuesta para que se regulara el legado digital; es decir, que nuestros herederos tengan derecho a controlar nuestras cuentas y perfiles una vez que hayamos fallecido. Es una locura que, como ahora ocurre, estas cuestiones se rijan por las condiciones de uso de las empresas. Hemos propuesto que España sea el primer país del mundo en que su Parlamento regule el legado digital. Falta la capacidad de los poderes públicos, que son los que representan a los ciudadanos, para actuar sobre internet.

"Es preocupante la posición dominante de algunas empresas en internet. Google maneja el 80% del mercado"

-Me ha llamado mucho la atención un libro suyo que se titula Videojuegos, la explosión digital que está cambiando el mundo. ¿Tan importantes son?

-Muchísimo, el otro día comentaba con unos alumnos que sería genial que Sevilla saliera en Assassin's Creed. ¿Por qué? Porque es una de las mejores maneras de promocionar una ciudad. Cuando mi hermano fue a visitarme a EEUU, conocía perfectamente las calles de Nueva York porque había jugado a Spiderman. Eso de que los videojuegos son malos porque generan violencia es una simplificación. Los videojuegos también son reflejo de las relaciones y procesos de poder, pero cada vez tienen mayor peso específico en nuestra cultura popular. De hecho, los grandes videojuegos tienen ya mayor inversión económica que las apuestas del verano o de las Navidades de Hollywood. Se invierten millones y millones de euros.

-Debatimos por internet, nos enamoramos por internet, jugamos por internet... Cada vez más caminamos hacia una vida virtual en la que las relaciones personales pierden peso de forma preocupante.

-Sí, lo último fue que el presiente electo de los EEUU, Donald Trump, usase Twitter para hacer una comunicación en vez de los canales formales. Es una falta de respeto. Además, Twitter no admite más de 140 caracteres. ¿Qué idea articulada se puede dar a través de este medio...? Como afirma el abogado Javier de la Cueva, es una herramienta goebbeliana de poder.

-Perdón por el golpe de timón: ¿usted participó en el 15-M?

-Siempre me interesó mucho el 15-M e iba a las manifestaciones. Desde el punto de vista pedagógico ha sido una de las explosiones de concienciación social más importantes que ha tenido España. Duró lo que duró.

"La UE está traicionando las ideas de los fundadores para favorecer a las grandes empresas"

-Pero después tuvo un heredero político: Podemos.

-En Podemos hay que diferenciar entre los que vienen de Izquierda Unida y los que proceden del 15-M, gente que ha mamado la organización horizontal y una concepción innovadora de la política. Entre estos dos grupos se dan contradicciones muy grandes. Al final han dominado los primeros y Podemos se está convirtiendo en IU-bis.

-¿Qué pretendía el 15-M?

-El 15-M tenía las ideas muy claras y partía de una serie de preguntas: ¿por qué los ciudadanos tienen que pagarle la fiesta a los banqueros? ¿Por qué los mecanismos de representación no están funcionando? ¿Por qué hay corrupción?... No se planteaba la identidad territorial, ni la reforma constitucional, ni todas esas cosas que a los ciudadanos de a pie no les preocupan. Se exigía sanidad, educación y pensiones públicas... Era una idea que podía compartir el 75% de la población española o más, un movimiento intergeneracional y que se daba en toda España. Los nacionalistas catalanes, por ejemplo, le tenían mucho miedo al 15-M, porque, al fijarse en los problemas reales de los ciudadanos, rompía con el discurso identitario.

-Es decir, que Podemos supone un desvío de las ideas principales del 15-M...

-La cúpula de Podemos está ligada a IU y al populismo latinoamericano, y eso no tiene mucho que ver con el 15-M.

-¿Está en crisis eso que llaman el régimen del 78?

-Los problemas no vienen del 78, sino de un proceso a escala global en el que el capitalismo, desde la década de los ochenta, se ha quitado la careta y quiere acabar con el Estado del bienestar. Por ejemplo, se quiere destruir la Seguridad Social porque está restando negocio a las grandes aseguradoras, etc... Los ciudadanos estamos viendo cómo nuestros derechos se restringen y los sueldos son cada vez menores... Eso es lo que está generando la deslegitimación de las instituciones y los partidos, un proceso que también sucede en Alemania, Francia... Poco tiene que ver lo del régimen del 78. Vemos cómo la Unión Europea está traicionando la idea de sus fundadores para hacerle el juego a las grandes empresas...

-Es decir, que es un problema global, no nacional.

-Sí, lo que tenemos que hacer es presionar a nuestros políticos e instituciones. La UE es una herramienta magnífica y deberíamos ir a un estado europeo fuerte que tenga como prioridad los servicios públicos y el bienestar de los ciudadanos.

-Europa vive sus peores momentos y, para colmo, ahora sufre la pinza de Trump y Putin.

-Pero no olvidemos que si la UE desaparece será por autodestrucción. Lo que no puede ser es que Europa se olvide continuamente de sus ciudadanos para beneficiar a las grandes empresas. No hay que buscar la identidad de Europa en Carlomagno, sino en cosas concretas, como por ejemplo la sanidad y la educación públicas, algo que no tienen en EEUU... Esa es la verdadera identidad europea.

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