Atlético-Betis

Un Betis sin proteínas (5-1)

  • Los verdiblancos se diluyen pronto en sus propias limitaciones y sufren una inapelable goleada en el Calderón. Tres derrotas seguidas reactivarán las urgencias ante el Levante.

Famélico, desnutrido, sin proteínas, el Betis saltó al rodeo del Vicente Calderón. Y fue zarandeado, volteado hasta acabar hecho un guiñapo a los pies del Atlético de Madrid, esa tropa de fundamentalistas que ha cincelado, con brazo de hierro, Diego Pablo Simeone. Fueron cinco los goles que encajaron los verdiblancos y pudieron ser siete u ocho, tal fue la inferioridad que manifestaron. Un ejercicio de impotencia que plasmó la tercera derrota consecutiva de los heliopolitanos y, lo que es peor, reactivó las urgencias con siete jornadas, sólo siete ya, por delante.

Fue otro partido indigno de la historia y el caudal social soldados a las trece barras. Pero es lo que hay. El bético, que tantas veces se enorgulleció de su equipo en el mismo escenario donde levantó las dos Copas que adornan sus vitrinas, se llegó a ilusionar con la merma en la infantería colchonera. Pero ayer, con el pitido final de González González, se convenció de que la versión más liviana del Atlético se basta y se sobra para levantar a pulso a su escurrido Betis y colgarlo de una percha.

Y eso que el primer cuarto de partido tiñó el pleito del verde esperanza que brillaba en la equipación bética. El tibio sol primaveral de la Villa y Corte alumbraba a un Betis asentado, brioso, que plantó sus reales sin aparentes complejos. En esa fase inicial, actuó con las líneas bien juntas, con los centrales anticipándose a Griezmann y Fernando Torres, con N'Diaye atento a las coberturas y el generoso trabajo de Musonda por la derecha y Álvaro Cejudo por la izquierda para frenar las acometidas de Filipe Luis y Juanfran.

La factura de esa coriácea puesta en escena se pagaba unos metros más arriba: Oblak era un espectador más. Y lo que es peor, también lo fueron Nacho Monsalve y Lucas Hernández, los centrales del filial a los que debió recurrir Simeone ante las bajas de Godín y Giménez. El Betis no remató hasta el minuto 26, un tiro lejano y blando de Dani Ceballos que culminó una buena jugada colectiva al primer toque. Porque en esa fase inicial, los de verde se contagiaron del altísimo ritmo que propuso el anfitrión y tocaron con soltura y celeridad. Se subieron a lomos de ese frenesí. Montoya, por la izquierda, abrió pasillo. Y Fabián progresó con su tranco. Faltaba dar ese último paso, el del peligro franco. El que poquísimos dan hoy en el Vicente Calderón.

Paradójicamente, cuando el Atlético levantó el pie y atemperó su acometida, llegaron los dos goles que volatilizaron las ilusiones béticas en apenas cinco minutos, del 37 al 42. En esa fase, el bloque de Juan Merino trataba de soltar amarras. Dio un tímido paso adelante y Dani Ceballos, bullidor y muy activo, trató de conducir a los suyos al mediocampo rival.

Era mínimo el riesgo bético ante un rival ordinario. Pero el Atlético de Simeone no lo es. Si le enseñas una minúscula rendija, es inclemente. Koke, la pieza que hizo saltar la pizarra de Merino al actuar de forma inopinada como mediapunta, recibió con metros y tiempo. Torres le dibujó el desmarque a la espalda de Westermann y su pase con tiralíneas acabó en la jaula de Adán, que nada pudo hacer en su desesperada salida ante el sutil golpeo picado del Niño. Este Atlético es una serpiente. Se enrosca para que te confíes y te muerde en un visto y no visto.

El Betis quedó aturdido, groggy. Su sueño quedó hecho añicos de repente. Y más cuando una pelota blanda colgada por Griezmann -los receptores estaban en fuera de juego- se coló entre las piernas de Adán. Un 2-0 como del rayo que pudo ser un 4-0 de no mediar dos paradones del madrileño, el segundo justo antes del intermedio.

A los tres minutos de la reanudación, Westermann pudo devolver al Betis al partido en un cabezazo muy malintencionado, pero Oblak desvió la pelota al palo derecho. Ahí se desvanecieron las opciones verdiblancas.Los relevos que escogió Merino terminaron de segar el sueño bético. Entró Kadir por Fabián y Musonda pasó a actuar de enganche. El francés no dio una a derechas pegado a la cal y el belga se perdió en zonas interiores. Ya a la hora de partido, Daimao entró por Cejudo. Y lejos de ganar en mordiente, el Betis se terminó de abrir en canal. Claudicó. Asumió su inferioridad con una inadmisible naturalidad, al tiempo que el Atlético disfrutaba cada vez más, con Koke de lanzador y Griezmann y Torres colándose ante dos centrales vendidos a campo abierto.

Cuando Juanfran hizo el tercero, Merino se temió una paliza con efectos colaterales cara al futuro y metió a Xavi Torres por Musonda. De poco le sirvieron su paso atrás y ese anecdótico gol de Rubén Castro. La goleada estaba escrita de antemano. O así lo quiso ver el propio Betis, un equipo sin las mínimas proteínas, hoy, para competir en el Calderón. El sábado, volverán las emociontes fuertes ante otro desnutrido, el Levante.

Árbitro: González González (castellano-leonés). Partido comodísimo.

tarjetas: Amarillas Koke (38'), Pezzella (61'), Kadir (62') y Xavi Torres (74').

goles: 1-0 (37') Fernando Torres pica con clase para salvar la salida de Adán tras un pase de Koke a la espalda de Westermann. 2-0 (42') Griezmann envía un globo al corazón del área y la pelota se cuela por debajo de las piernas de Adán. 3-0 (65') Juanfran controla con el pecho y remata a quemarropa un pase de Correa. 3-1 (79') Rubén Castro aprovecha un regalo de Oblak para recortar y fusilar de cerca. 4-1 (81') Griezmann bate de cerca a Adán, que llega a tocar, tras asistencia de Correa. 5-1 (91') Thomas remacha bajo el larguero un servicio de Griezmann.

momentos clave: 43' Zurdazo de Torres y Adán, a contrapié, repele. 45+' Cabezazo cruzado de Griezmann al que responde Adán. 48' Cabezazo de Westermann ajustado y Oblak desvía al palo. 48' Derechazo de Thomas al palo.

incidencias: Partido de la jornada 31ª de la Liga BBVA disputado en el Vicente Calderón ante 54.000 espectadores.

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