El Betis sólo encajó un tanto en Las Palmas, que desaprovechó innumerables ocasiones para haber podido conseguir un resultado abultado, y suma ya 28 goles en contra en 14 partidos (23 a favor), siendo con el Málaga el segundo equipo más goleado de Primera División, sólo superado por el cuadro canario (32). Este dato refleja los problemas que el conjunto de Quique Setién sigue teniendo en la faceta defensiva.

Además, el técnico cántabro sigue batiendo registros en cuanto a goles recibidos a lo largo de su carrera como entrenador, pues con el gol que encajó su equipo en tierras canarias acumula 548 en contra por 547 a favor en partidos oficiales en el banquillo (@LaLigaenDirecto). Esto no sucedía desde hace 16 años, cuando en su cuarto encuentro oficial como técnico del Racing de Santander llevaba en total cuatro goles a favor y cinco en contra.

El encuentro en Las Palmas también dejó otros guarismos que explican el porqué de la imagen de los verdiblancos a lo largo de todo el encuentro. Seis despejes hizo el cuadro amarillo durante los 90 minutos, mientras que los verdiblancos hicieron 18, lo que demuestra las pocas veces que éstos llegaron con peligro a la portería defendida por Raúl Lizoain. Los canarios perdieron 105 balones, mientras que el Betis desperdició 114, con un posesión para los locales del 56,3% y del 43,7% para los de Heliópolis, 12 faltas cometidas por los de Paquito y 21 por los de Setién, muchas de ellas por la frustración de ser superado por el rival.

En el apartado de balones perdidos a nivel individual llamó la atención las cifras de Guardado (12), que estuvo muy desaparecido, Tello (12), que al final quedó contagiado de la apatía del resto de compañeros, Durmisi (13), que sigue mostrando grandes lagunas a la hora de defender, y Boudebouz (9), que apenas aportó en el rato que salió al campo en la segunda mitad.

Estos números enseñan las carencias que el Betis mostró en territorio canario con un flojísimo partido. Sobre todo en la faceta defensiva, donde los de Heliópolis no terminan de frenar la sangría de goles ni de mostrar sensación de ser un equipo sólido sobre el terreno de juego.