El Valencia dijo adiós a Unai Emery y dio la bienvenida a Mauricio Pellegrino. La revolución en el banquillo trata de consolidar una línea en la que se logró firmar plazas de Liga de Campeones, perdiendo cada verano alguna de las piezas esenciales del equipo. Villa, Silva y Mata tomaron la puerta de salida para dar un salto de calidad y el Valencia aguantó cada embestida ganando la partida a sus enemigos reales, lejos de la batalla entre Real Madrid y Barcelona.

Pero la llegada del ex central no ha cuajado como se esperaba. La plantilla recompuso fichas y en esta ocasión parecía que no había perdido equilibrio ni potencial técnico pese a la salida de Jordi Alba. El arranque liguero no refleja lo mismo y la seguridad del bloque se compone sólo de pinceladas.

La Champions, además, supone un aliciente convertido en distracción de cara a un objetivo que esta campaña parece más lejano que nunca.

sin balón

No han variado en demasía las intenciones del nuevo Valencia. Su potencial táctico logra verticalidad cuando las recuperaciones son rápidas, aunque la defensa está sufriendo más de lo debido en este inicio del campeonato liguero. Las lesiones no permitieron dar continuidad a Ricardo Costa, que volvió ante el BATE Borisov y parece un fijo.

Sin él, Víctor Ruiz ha exteriorizado demasiado sus carencias. Sus errores han propiciado algunas deficiencias en la zaga y Pellegrino nunca pudo solucionarlas con Rami a su lado. El francés sigue siendo un seguro abajo, aunque necesita la velocidad de su compañero para sentirse más cubierto. Joao Pereira da más potencia y llegada al carril diestro, mientras que Cissokho tira de físico para ganar la partida a un Mathieu lejos de su mejor momento de forma.

Gago lo equilibra todo. Pellegrino confía en su figura y apuesta también por Albelda cuando pretende darle más libertad al argentino. La ayuda de los extremos es clave cuando el técnico deja sólo a dos medios en su once.

con balón

Tino Costa está siendo el protagonista absoluto en la creación. Toca, inventa y llega con buen disparo. Ante el BATE, se convirtió en rey de la noche asociándose con Soldado y cubierto por Gago y Albelda en la medular. Sin obligaciones defensivas, logra hacer de enganche mejor que otras piezas.

Suele apostar el técnico por las bandas. Feghouli cumplirá de nuevo sanción y el flanco derecho abre la oportunidad a más candidatos, mientras que Guardado ya se ha asentado en el izquierdo y conecta a la perfección con Soldado gracias a sus centros.

Una de las claves del bajo potencial creativo del Valencia hasta el momento es la baja de Banega, que ya cuenta con minutos y demostró ante el Athletic que con él todo es posible. El argentino es el futbolista de más talento del equipo y logra dar más libertad a sus compañeros gracias a sus movimientos y a la vigilancia especial que crea en sus adversarios.

Arriba, Soldado es el alma del Valencia. Ejecuta todo lo que logra encontrar en el área y tiene la complicidad de Jonas cuando el brasileño es el elegido para jugar por detrás del punta. Valdez, en la recámara, espera su oportunidad como segunda opción.

lo mejor

Las variantes tácticas y técnicas de un bloque fabricado para luchar por la Liga de Campeones.

lo peor

El mal momento de algunas piezas claves del pasado.