Real Betis

Setién y la evolución para seguir creciendo

  • El técnico ha ido variando el 4-3-3 con el que comenzó la Liga hasta convertir al Betis en indescifrable

Quique Setién golpea el balón en un entrenamiento del equipo verdiblanco.

Quique Setién golpea el balón en un entrenamiento del equipo verdiblanco. / juan carlos muñoz

Asegura Quique Setién, entrenador del Betis, que su equipo está en constante evolución, una cuestión en la que el paso del tiempo permite un mayor conocimiento del técnico sobre su plantilla y también de los propios jugadores sobre las ideas que el entrenador pretende desarrollar en el equipo. Esa evolución del Betis se aprecia en matices del juego, como la ubicación de los jugadores a la hora de realizar la presión o para darle salida a la pelota desde atrás, pero también en el esquema empleado por Setién, que comenzó en el Betis con un 4-3-3 casi inamovible y que en las últimas semanas ha ido modificando hasta convertir a los verdiblancos en casi indescifrables para sus contricantes.

La derrota ante la Unión Deportiva Las Palmas, en la jornada decimocuarta y en uno de los peores encuentros de la temporada según el propio Setién, supuso un viraje en los planes del entrenador. Hasta entonces, el preparador cántabro se había mantenido fiel al 4-3-3, con ligeras variaciones, que tan buen resultado ofreció en el inicio del campeonato, cuando jugadores como Feddal, Javi García, Guardado o Joaquín exhibieron un excelso punto de forma. Los verdiblancos sumaron 16 puntos en las nueve primeras jornadas del campeonato, aunque posteriormente se quedaron sin vencer hasta esa visita a Las Palmas que modificó el esquema.

Setién optó por retrasar la posición de Fabián en la medular para ubicarlo junto al pivote, con lo que el Betis mejoró tanto sus prestaciones defensivas, con un jugador más para frenar los contragolpes rivales, como también la salida de la pelota, con el palaciego escorado hacia la banda derecha para favorecer ese inicio del juego. El Betis perdió en esa jornada decimoquinta ante el Atlético (0-1), aunque las sensaciones ya fueron distintas, algo que se refrendaría en las jornadas posteriores, con una mejoría tanto del fútbol verdiblanco como de los resultados.

Las continuas mejoras del equipo encontraron una nueva transformación en el inicio de la segunda vuelta, cuando Setién optó por colocar un sistema con tres centrales y dos carrileros. Si ante el Barcelona funcionó durante una hora, el fichaje de Marc Bartra permitió perfeccionar ese modelo, que se ha convertido en habitual en las últimas semanas.

Ese 3-5-2, también con matices según los jugadores utilizados o disponibles en cada momento, se ha alternado con un 4-4-2, en el que se ha aprovechado para colocar a dos delanteros puros -al contar con Loren, Rubén Castro y Sergio León- o para que Tello o Boudebouz ejerzan de segundo punta con una mayor libertad de movimientos que favorece sus cualidades.

Con ese abanico de sistemas y movimientos, el Betis de Setién se ha convertido en camaleónico y en casi indectable para sus rivales. "No hemos sabido ejecutar la presión para frenar su juego", explicó Quique Sánchez Flores, técnico espanyolista, tras ser aplastado por los verdiblancos en el Benito Villamarín.

Con una fidelidad a la posesión como estilo, Setién y el Betis han ido creciendo con una mayor riqueza táctica que han sacado a relucir la versión más competitiva de los heliopolitanos. Una constante evolución en su fútbol que han colocado al equipo en una posición ideal para asaltar un puesto europeo en el sprint final del campeonato.

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