Con el primer equipo en manos de Quique Setién, el consejo del Betis viene trabajando en la renovación de otras parcelas de la entidad. Así, en el área médica se acometerá una reestructuración que supondrá el adiós de Tomás Calero al primer equipo al final de la temporada, a la vez que Lorenzo Serra Ferrer prepara cambios en el organigrama de la cantera.

"Nadie es eterno en su puesto. Después de 25 años de banquillazo dominical tampoco está mal el dar el testigo a otra persona y que tengamos la certeza de que pueda cubrir las necesidades del club y lo conozca. Se ha pensado que yo podría ser la persona idónea para buscar mi propio sustituto, cosa que a mí me hace mucha ilusión", explicó el propio Calero en los medios oficiales de la entidad, donde bromeó con su adiós: "Por cada estadio que vaya me iré despidiendo. La única pega que tengo es que había hablado Joaquín de retirarnos los dos juntos, pero ojalá él renueve. El día del Leganés me cortaré la coletilla que me quede y le daré las gracias a todo el mundo".

Calero lleva vinculado al Betis desde 1986, aunque entre 1991 y 1997 estuvo al margen de la entidad. Su profesionalidad y bonhomía lo han convertido en una figura muy identificada con el Betis, aunque quizá su gran recuerdo tuvo como protagonista a un rival. Fue en la temporada 2010-11, en una visita del Betis al Helmántico salmantino, cuando Calero salvó la vida de Miguel García con su rápida intervención, después de que el jugador del Salamanca hubiera sufrido una parada cardiaca en mitad del encuentro.

No sólo se avecinan cambios en el apartado médico, sino que Serra Ferrer lleva semanas examinando el funcionamiento de la cantera, con la idea de variar su estructura. El vicepresidente deportivo ha asumido en primera persona la tarea de mejorar los escalafones inferiores, de ahí que tenga previsto contar con gente de su confianza -Pep Alomar, entre otros-, a la vez que también está manteniendo reuniones con otros profesionales.