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Más avales para el modelo

  • Los números acreditan el crecimiento del Betis de Setién tras casi un cuarto de Liga

  • La victoria ante el Alavés ratifica la fortaleza verdiblanca en el Villamarín

El entrenador del Betis, Quique Setién, dirige a su equipo el pasado sábado.

El entrenador del Betis, Quique Setién, dirige a su equipo el pasado sábado. / rodríguez quesada

El Betis de Quique Setién aparece en la jornada novena como un equipo consolidado, con unas señas de identidad definidas, lo que repercute en el buen manejo de las situaciones. Estas sensaciones que transmite el cuadro verdiblanco, incluso en días más grises como el del sábado ante el Alavés, encuentra el refrendo de los resultados, con una suma de puntos en este casi primer cuarto del campeonato, que siempre desembocó en una temporada exitosa.

El Betis se ha hecho fuerte en el Benito Villamarín, algo que no ocurrió en las últimas temporadas. Con cuatro victorias en sus cinco citas caseras hasta el momento, únicamente el Valencia, que está exhibiendo un tremendo potencial, doblegó a los verdiblancos. Ante el Alavés, los de Setién combinaron el fútbol de posesión, exhibido sobre todo en el primer tiempo, con el manejo del contragolpe, dos maneras de aprovechar los espacios.

El 1-0, con el origen en un saque en largo con la mano de Adán, fue una mezcla de esas situaciones, con esa salida rápida para luego generar el espacio en la banda que aprovechó Barragán para incorporarse y colocar un centro que encontró la perfecta ejecución de Sanabria. El segundo tanto bético fue una jugada del manual del contragolpe, con Guardado y Sanabria combinando hasta encontrar la velocidad de Tello.

Quizá la alta temperatura afectó al desarrollo del segundo tiempo, en el que los verdiblancos estuvieron menos brillantes que en otras ocasiones. Para solventar cualquier inconveniente emergió la figura de Adán, que tapió su portería para dejarla otra vez a cero tras dos encuentros en los que había encajado diez goles.

Cinco victorias acumula el cuadro verdiblanco a estas alturas del torneo, algo que consiguió en otras ocho ocasiones, lo que siempre le valió para finalizar la temporada al menos como séptimo clasificado. Esos 16 puntos en nueve partidos significa el tercer mejor inicio en una Liga con tres por victoria, otra muesca más para este Betis de Setién.

El primer precedente exitoso responde a la histórica 34-35, cuando los verdiblancos sumaban 15 puntos y lideraban la clasificación, como así terminarían la temporada; al año siguiente, el Betis sumaba 11 puntos tras los nueve primeros partidos y finalizó la Liga en la séptima posición.

Hasta la 58-59 hubo que esperar para otro arranque con cinco triunfos béticos en nueve jornadas, lo que la valía al Betis para colocarse tercero y acabaría sexto el campeonato; en la 63-64, los verdiblancos sumaban 13 puntos y aparecían en la cuarta posición, en una temporada en la que finalizaron terceros; 17 años más tarde, en la 80-81, el equipo heliopolitano también acumulaba 11 unidades tras nueve partidos para colocarse cuarto y terminó sexto el torneo liguero.

Ya en tiempos recientes, y con ligas de tres puntos por victoria, el Betis tiene su mejor registro en la 96-97, cuando sumaba 18 puntos para auparse a la cuarta plaza, la misma que ocupó al final; en la 2001-02, los verdiblancos acumulaban 17 para colocarse terceros y acabaron sextos; en la 2012-13, el Betis sumaba 16 y ocupaba la quinta plaza y finalizó séptimo. También en la 95-96 sumaba 16 unidades y era cuarto, pero entonces con sólo cuatro triunfos en nueve jornadas.

Sanabria y Barragán celebran el 1-0 ante el Alavés Sanabria y Barragán celebran el 1-0 ante el Alavés

Sanabria y Barragán celebran el 1-0 ante el Alavés / Rodríguez Quesada

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