Real Betis

Aquellos maravillosos años

  • Más de un millar de béticos se despiden del Calderón con un sabor amargo por la derrota y rememorando un pasado mejor

  • Ceballos, el guía verdiblanco

El beticismo vivió en Madrid una bonita jornada festiva, pero regresó a Sevilla con el amargo sabor de boca de la derrota pese a ver a su equipo competir ante el Atlético. Hoy, en este Betis actual, competir, viendo los últimos episodios de los verdiblancos en campos y rivales importantes, como ante el Barcelona y Real Madrid esta temporada, es algo positivo que esconde, a la vez, un sentimiento de tristeza. Tristeza porque muy atrás han quedado aquel Betis campeón en 1977, con Esnaola, Cardeñosa y Benítez, entre otros, y aquel otro en 2005, con Ricardo Oliveira, Edu, Assunçao y los canteranos Doblas, Arzu, Juanito, Rivas y, por supuesto, Dani, el último héroe en el Vicente Calderón. Aquellos sí que fueron un Betis auténtico, de verdad, con jugadores de calidad, clase, lucha, entrega, sacrificio... Un Betis que sí respiraba la esencia de lo que es el Betis. Hoy, la realidad es muy distinta.

El Betis dio la cara en su estadio talismán, pero se fue con una derrota fruto de la falta de poderío en las dos áreas. De fortaleza atrás y de argumentos ofensivos en ataque ante un Atlético que no se parece en nada al de temporadas anteriores. Eso vieron los mil béticos que acudieron a la última visita del equipo de Heliópolis al recinto colchonero. Como siempre, la hinchada verdiblanca hizo acto de presencia en el Manzanares para animar a los suyos en una cita en la que los béticos echaron una mirada al pasado para recordar etapas gloriosas de un Betis que, a día de hoy, sigue a mucha distancia de lo que merece y exige la mayoría de sus aficionados.

La única esperanza de futuro en el Calderón fue Dani Ceballos. El utrerano volvió a ser el mejor futbolista de los heliopolitanos y aunque en los primeros compases de la contienda se vio superado por la falta de ayuda y por no estar acostumbrado a jugar de pivote defensivo, dio posteriormente un recital de controles, pases, regates, pisar la pelota, visión de juego... No vale la pena más seguir hablando de lo que al canterano le tocó vivir en la etapa de Gustavo Poyet, sino de la necesidad de que el centrocampista siga creciendo en un Betis de futuro que tenga otras expectativas muy diferentes a las de la temporada pasada y a las del presente curso, y en el que a Rubén Castro le dé tiempo de seguir haciendo goles y de vivir algo más que ascensos.

Otra cuestión que quedó patente en el choque ante el Atlético es la necesidad que tienen los verdiblancos de reforzarse. Sobre todo en defensa, como ya se vio venir en verano. La dirección deportiva, algunos de cuyos fichajes siguen sin ofrecer un salto de calidad al equipo verdiblanco, tiene trabajo en el medio mes que queda por delante de mercado de invierno para fortalecer un Betis que hoy en día tiene como listón apenas competir ante rivales importantes de la Liga, cuando antes era capaz de ganar y de dar golpes de autoridad.

El Sporting será el próximo rival de un equipo verdiblanco que no pudo darle una alegría a una afición que acudió a tierras madrileñas a despedir un estadio histórico, que siempre quedará en la retina por los dos títulos coperos en aquellos maravillosos años.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios