Betis - las Palmas | el rival

No hay milagro sin talento

  • El cuadro de Paco Jémez sólo ha marcado más de un gol en uno de los 17 partidos que ha disputado en 2018

  • El éxodo de Viera, decisivo

Paco Jémez, durante una sesión de entrenamiento en El Hornillo.

Paco Jémez, durante una sesión de entrenamiento en El Hornillo. / QUIQUE CURBELO / EFE

Se puede decir que la temporada de la Unión Deportiva Las Palmas se empezó a torcer mucho antes de que el balón echase a rodar. Todo parecía dispuesto para que el sustituto de Quique Setién fuese Roberto de Zerbi, un técnico de su misma idiosincrasia. Pero el inacabable litigio del italiano con su último club, el Palermo, desesperó por completo a la entidad grancanaria. El 3 de julio, la UD cerró la puerta a De Zerbi y puso en el cargo a Manolo Márquez, el hombre que había ascendido al filial a Segunda B.

Era la gran apuesta de Tonono, ahora director de la cantera amarilla. Sin embargo, el entrenador catalán sorprendió a todos dimitiendo el 26 de septiembre. "Me da la sensación de que no llego a transmtir lo que quiero. Es problema mío, no de los jugadores", se explicó Márquez. Lo sustituyó Pako Ayestarán, que trajo consigo una espiral negativa. Las Palmas, que con Márquez había hecho seis puntos en seis jornadas, encajó 22 goles y seis derrotas en los siete partidos dirigidos por Ayestarán.

Y entonces llegó el disonante Paco Jémez. Con todo lo que ello significa. El ex de Rayo Vallecano o Cruz Azul aterrizó en la isla con la intenciones muy claras y promovió una auténtica revolución en la plantilla canaria. Durante el mercado invernal, Las Palmas se deshizo de ocho jugadores y firmó a siete caras nuevas: Jairo Samperio, Gálvez, Gabriel Peñalba, Matías Aguirregaray, Nacho Gil, Etebo y Emmanuel Emenike. Además incorporó a canteranos que no habían comparecido esta temporada, como Erik Expósito.

La mutación pudo salir bien, pero los amarillos dejaron escapar demasiado talento en el proceso. Aunque la versión encabezada por Jémez mejora notablemente a la de Ayestarán, la falta de calidad le está impidiendo puntuar con regularidad. Después de recibir un 6-0 en Gerona en su cuarto partido al mando, Paco ató a los suyos en corto y cambió su manera de competir. Los de Jémez siguen intentando salir con el balón jugado, pero también repliegan sin disimulo cuando hay que defender el resultado. El amarillo ha sido un conjunto no tan fácil de rebasar en los últimos tres meses. Pero la falta de calidad le pesa demasiado. Perder a Tannane, a Remy o al exiliado Viera convirtió la salvación en una quimera.

Sin balón

Pese a la imagen idealista que se tiene de Jémez, el repliegue viene siendo una constante para su equipo en los últimos meses. En ocasiones, con el resultado de cara, Las Palmas mete a entre nueve y diez hombres por detrás de la pelota y se dedica a bascular, otorgándole sólo a algunos como Etebo la opción de saltar al quite.

Con balón

Sin el playmaker Viera, que en las últimas dos temporadas fue uno de los mejores futbolistas de la competición filtrando pases al hueco, los ataques amarillos han perdido sensibilidad. Halilovic o Tana sí comparten ese perfil, pero no tienen la determinación del ahora jugador del Beijing Gouan. El juego de espaldas de Calleri sigue siendo referencial.

Lo mejor

Hay poco que resaltar.

Lo peor

Aunque Gálvez sí ha tapado de algún modo la baja de Lemos, Las Palmas no ha encontrado sustitutos ni a Ousmane Tannane, ni a Loic Remy, ni a Jonathan Viera.

El perfil: Alen Halilovic

Caricatura de Alen Halilovic. Caricatura de Alen Halilovic.

Caricatura de Alen Halilovic. / Rosell.

Un jugón todavía muy inofensivo. La temporada de Alen Halilovic (Dubrovnik, 1996) se vio interrumpida en septiembre. Un esguince de tobillo lo tuvo un mes en el dique seco y lo acabó obligando a pasar por quirófano. Se unió al trabajo con el 2018 al caer, y en la segunda vuelta sí ha sido un habitual en los onces de Jémez. El croata es un mediapunta de pies dotados, ya lo comprobaron en El Molinón hace dos años. Pero todavía sin el veneno para condicionar el marcador. Halilovic es muy bueno conservando la pelota cuando lo enciman, asociándose en corto y hasta se entrega un poco cuando hay que ayudar al lateral. Sin embargo, a la mayoría de sus intervenciones suelen faltarle profundidad. En Gran Canaria, tanto Jémez como Setién lo han colocado en la cal, a pierna cambiada. Lo normal para un chico de 21 años. Si progresa adecuadamente, con 25 jugará por dentro.

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