Cumplió con creces Juan Merino la palabra dada en rueda de prensa de no pensar el derbi del Sánchez-Pizjuán del domingo hasta las 22:50 de este martes. Ante Las Palmas, el técnico no sólo salió con su equipo titular sin reservar a los apercibidos Adán y Dani Ceballos, sino que también se evadió del partido más importante que le queda a los verdiblancos a la hora de hacer los cambios y completaron los 90 minutos todos los hombres importantes.
El Betis salió con el mismo equipo que ante el Celta, a excepción de Varela en lugar de Montoya, baja obligada con una contractura, y de Kadir por Musonda, por decisión técnica. El partido, contra un rival sin nada en juego, que exigía poco y se limitaba a conservar la pelota sin apretar arriba con y sin balón, no ofrecía en principio demasiado desgaste. Durante la primera media hora fue hasta tedioso. El Betis espabiló en los últimos 15 minutos antes del descanso, mordió algo más y se encontró con la roja por doble amarilla a Aythami.
El cansancio contra diez debía ser y fue menor pese a la exigencia, más por dignidad ante su público que por necesidad, de ganar. Eso, y que quedan cinco días para el derbi, seguramente ayudó a que Merino fuera fiel a sus principios y renunciara también a dar descanso con las sustituciones no sólo al apercibido Dani Ceballos (Adán estaba claro que a excepción de un error de bulto era muy complicado que viera la quinta amarilla) sino a los pilares de este Betis que tenía y tiene más que asegurada la permanencia (aunque aún no matemáticamente).
Entraron en la segunda mitad Cejudo por Molinero, Musonda por Kadir y el a la postre decisivo Van Wolfswinkel por Varela. Manteniendo a Ceballos y dando entrada al holandés acertó de lleno, porque de esa conexión salió el tanto de la victoria frente a los canarios. El precio: Bruno, Pezella, Petros, y sobre todo, N'Diaye, Joaquín, Ceballos y Rubén Castro (no habituados a jugar martes-domingo), cargados con 90 minutos para una afrenta siempre vital para los béticos, esta vez ante un Sevilla que ofrece dudas en el Sánchez-Pijzuán.
Con la salvación virtualmente asegurada pese a lo que pasase frente a Las Palmas, aunque sea lo correcto, lo mismo no era imprescindible mantenerse al margen del derbi. El domingo se medirá.
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