betis | valencia · MARCAJE AL HOMBRE

Generosidad para empezar a convencer

  • Campbell estrena titularidad con tintes de calidad mermados por la necesidad de sacrificarse · El costarricense anuló con sudor la banda izquierda valencianista.

Joel Campbell fue el nombre que más sonaba en los oídos verdiblancos al inicio del duelo ante el Valencia. Lo hacía por ser su debut como titular en el equipo de Pepe Mel y porque las ilusiones creadas tendrían al fin un margen de análisis más certero. Y Campbell cumplió con lo que Mel le encargó. Su trabajo sorprendió por su bagaje físico y su insistente mirada a Nelson. Quizás cedió en algunas de sus pretensiones ofensivas, pero se ganó la confianza de todos los que apuestan por el sacrificio como norma primordial.

Fichado por el Arsenal en el marco de la eficiente mirada de Arsene Wenger, el costarricense partió desde la banda derecha de una línea de ataque de tres, obligado a ayudar y a tirar de físico para lucir cada contragolpe. Su pareja de baile, Cissokho, perdió su capacidad ofensiva debido a la movilidad de Campbell, que tiraba diagonales con el fin de hacer más daño en compenetración con Igiebor o Salva Sevilla. Y lo logró ayudado por su buena técnica y su facilidad para proteger el balón. Encaró poco, pero lanzó paredes y desafió siempre la salida de balón del cuadro valencianista.

Mel tenía una prioridad y era que el costarricense no olvidara nunca su obligación. Y la falta de aliento no debía ser una excusa.

Tras el tanto de Salva Sevilla, el escenario se convirtió en idóneo para el Campbell más libre, el que quizás ayer no existió en la medida en que se convertía en sombra de Nelson y medía cada uno de sus atrevimientos. Aun así, tomó la decisión correcta en cada instante. Entendió a Nelson cuando éste se sumaba al ataque y buscó a Rubén Castro y Juan Carlos cuando el Valencia cerraba sus espacios, siempre con la mente puesta en hacer daño con velocidad.

Ricardo Costa averiguó pronto el daño que Campbell hacía y acudió al rescate en más de una ocasión, evitando que la sangría se hiciese presente en ambos costados de su defensa.

Junto a la generosidad de Campbell, la figura de Igiebor tuvo su peso en el trabbajo sin balón: cuando el Valencia adelantó sus líneas, Rami se convertía en un amigo con cada intento de sacar el balón jugado.

El costarricense no fue una bala en la presión ni apareció con jugadas providenciales como hombre de referencia en ataque, pero hizo presente la banda derecha bética con otros conceptos alejados de las propuestas de Agra en encuentros anteriores. Desveló menos bazas de las existentes.

La segunda parte enseñó algunas de las lógicas carencias del joven atacante. Campbell trató de buscar espacios, pero la presión del Valencia limitó sus recursos y su cansancio dejó la evidencia de que sus escasos minutos en Liga no le permiten tener el ritmo de otros futbolistas.

Mel supo que era el momento de otorgar descansos. Los méritos de Campbell habían cumplido con sus expectativas, al menos por una labor de trabajo que nunca cesó y que limitó la aparición de Cissokho. Sin él, el Betis ganó llegada con Rubén Castro, pero perdió todo su poderío en el flanco derecho, por el que el lateral valencianista trató de hacer daño ante la ausencia del costarricense.

Campbell puede sonreír. No sólo por sus primeros minutos como titular en el equipo bético, sino por la certeza de encontrar la fórmula para sumar más minutos de juego y entrar en la dinámica del equipo.

La incógnita será saber si es capaz de liberar todos sus argumentos futbolísticos y compatibilizarlos con el sacrificio mostrado. Será para otra tarde, de las muchas que le restan por disfrutar.

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